Azores
Sangre nuestra que estás en la tierra
llorado sea tu nombre
venga a nosotros tu llanto…
Nueva York, 11 de septiembre de 2001
Más de 3.000 muertos
El siglo comienza y cientos de almas
vagan perdidas por los cielos de Nueva York,
asustadas por la terrible conciencia de la
realidad.
El mundo mira expectante
cómo caen los cuerpos desde la nada
mientras los que los salvan
yacen sepultados por estructuras de toneladas.
En distintos puntos del país
los aviones despiertan las alarmas
y el miedo se apodera de todos los corazones.
Internet, como siempre, es el primero
en propagar las noticias nuevas,
mientras las torres de Manhattan
caen, en directo, para todo el planeta.
In God We Trust
...
Amigos nuestros que estáis en los cielos
santificados sean vuestros nombres
que vuestra gente siempre encuentre nuestro
hombro,
que nunca se borrará la memoria…Azores
Sangre nuestra que estás en la tierra
llorado sea tu nombre
venga a nosotros tu llanto…
Nueva York, 11 de septiembre de 2001
Más de 3.000 muertos
El siglo comienza y cientos de almas
vagan perdidas por los cielos de Nueva York,
asustadas por la terrible conciencia de la realidad.
El mundo mira expectante
cómo caen los cuerpos desde la nada
mientras los que los salvan
yacen sepultados por estructuras de toneladas.
En distintos puntos del país
los aviones despiertan las alarmas
y el miedo se apodera de todos los corazones.
Internet, como siempre, es el primero
en propagar las noticias nuevas,
mientras las torres de Manhattan
caen, en directo, para todo el planeta.
In God We Trust
...
Amigos nuestros que estáis en los cielos
santificados sean vuestros nombres
que vuestra gente siempre encuentre nuestro hombro,
que nunca se borrará la memoria…
Madrid, 11 de marzo de 2004
192 muertos, 1.800 heridos
En las estaciones, miles de ciudadanos
intercambian miradas de cansancio
temprano, aún de madrugada.
En los vagones, la gente cierra los ojos
y sueña con continuar aún en sus camas.
Los trenes llevan todos los días
gente a sus trabajos,
estudiantes a sus clases.
Ese día, los sueños explotaron
con las conciencias aún dormidas.
Dios, Patria y Honor
...
Sangre nuestra que estás en la tierra,
maldito sea el nombre divino
que te derrama.
Londres, 7 de julio de 2005
56 muertos, 700 heridos
Bajo el suelo de la ciudad
la vida viaja por túneles oscuros.
Trasladan vidas, sueños, deseos
que en la madrugada se alejan de su hogar.
Bajo el cielo de la ciudad,
el sol despunta en el horizonte
y aún parece demasiado temprano
para que la niebla haga acto de presencia.
En silencio, la discreción inglesa se cruza
con un mestizaje de otras culturas,
de otros colores, de otros pueblos.
Otro jueves, miles de mensajes
se perdieron en el camino.
God Save The Queen
Sangre nuestra que estás bajo tierra,
bendice nuestros pecados,
líbranos del mal,
ahuyenta nuestros miedos,
salva nuestras conciencias.
“Paren, en nombre de Dios”
y en nombre de Dios, matan.
Las Azores pasarán a la historia
como sangre nuestra que estás en la tierra...
Dios mío, ¿dónde dejaste la vergüenza?
¿dónde te olvidaste la memoria?
¿dónde estás?
Madrid, 11 de marzo de 2004
192 muertos, 1.800 heridos
En las estaciones, miles de ciudadanos
intercambian miradas de cansancio
temprano, aún de madrugada.
En los vagones, la gente cierra los ojos
y sueña con continuar aún en sus camas.
Los trenes llevan todos los días
gente a sus trabajos,
estudiantes a sus clases.
Ese día, los sueños explotaron
con las conciencias aún dormidas.
Dios, Patria y Honor
...
Sangre nuestra que estás en la tierra,
maldito sea el nombre divino
que te derrama.
Londres, 7 de julio de 2005
56 muertos, 700 heridos
Bajo el suelo de la ciudad
la vida viaja por túneles oscuros.
Trasladan vidas, sueños, deseos
que en la madrugada se alejan de su hogar.
Bajo el cielo de la ciudad,
el sol despunta en el horizonte
y aún parece demasiado temprano
para que la niebla haga acto de presencia.
En silencio, la discreción inglesa se cruza
con un mestizaje de otras culturas,
de otros colores, de otros pueblos.
Otro jueves, miles de mensajes
se perdieron en el camino.
God Save The Queen
Sangre nuestra que estás bajo tierra,
bendice nuestros pecados,
líbranos del mal,
ahuyenta nuestros miedos,
salva nuestras conciencias.
“Paren, en nombre de Dios”
y en nombre de Dios, matan.
Las Azores pasarán a la historia
como sangre nuestra que estás en la tierra...
Dios mío, ¿dónde dejaste la vergüenza?
¿dónde te olvidaste la memoria?
¿dónde estás?