lunes, 27 de junio de 2022

Manuela Bodas en el Filandón violeta

Publicado originariamente en: Manuela Bodas en el Filandón violeta

FILANDÓN VIOLETA

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Nos reunimos, charlamos, hilamos versos y somos libres. Somos mujeres, madres, tías, abuelas, hermanas, hijas, escritoras, amantes, trabajadoras, amas de casa, luchadoras, idealistas, soñadoras…

Nuestro hilo es la palabra, el verso nuestra arma y la lengua la artillería que usamos para defendernos.

Somos violetas. Y nos reunimos a tejer palabras con nocturnidad y alevosía. Quien nos quiera escuchar, que nos siga de cerca.

Sed bienvenidas y bienvenidos a esta nueva entrega de nuestro FILANDÓN VIOLETA

***

Hoy os vengo a presentar a Manuela Bodas Puente. Manuela es una mujer que tiene luz en la mirada. Y esa luz, brillante y amorosa, la contagia a todo lo que hace. Manuela no para de hacer cosas, y las hace discretamente, casi en la sombra, sin ánimo de ser protagonista. Y quizás, por eso, deja una huella impresa en todo lo que toca que no se puede borrar. Y precisamente por eso, lo mejor es empezar por su presentación. Aquí os ponemos unos apuntes sobre ella misma, con sus propias palabras. Yo, afortunada, como la conozco y sé de su timbre, al leer este texto no puedo evitar hacerlo escuchando su propia voz (firme, dulce y suave a la vez). 

Manuela Bodas Puente

Desde que nací, allá por el 21 de octubre de 1955, resido en  Veguellina de Órbigo. He tenido la suerte, o eso creo, de ser un ser que se cuestiona. Me cuestiono hasta mi propia existencia, pero lo hago, bueno lo intento, con cierto humor y procurando serme lo más parecida a mi posible. Me cuestiono sin buscar verdades absolutas, soy demasiado ignorante como para entender muchas cosas. Lo que sí me importa es no hacerle daño a alguien o a algo, el respeto al otro, es, o debería ser primordial. Bueno, ¿a qué viene todo este rollo? Pues viene a que leer y escribir, me han dado algo de sabiduría y bastante calma, creo que por eso escribo, para darle al alma lo que no le puede dar el cuerpo. Escribo para intentar aprender y aprenderme mejor. Escribo, ya que humildemente creo que leer y escribir nos hacen mejores personas. Y en eso ando, en procurar ser un pelín mejor.

© Lolly Verde

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Para muestra de que hace muchas más cosas de las que aquí dice, un botón:

Manuela Bodas en La llave del Camino

Tras esta pequeña presentación (pequeña porque apenas recoge un poco todo lo que esta mujer hace y aporta al panorama literario y cultural actual), voy a dejaros con una entrevista. Le he planteado las mismas preguntas que a sus predecesoras. Es realmente enriquecedor escuchar a cada una de estas mujeres responder a las mismas preguntas, y dar, cada una de ellas, una respuesta única y distinta. Pero tan precisa y tan preciosa. Manuela, además, lanza al vuelo “sugerencias y reflexiones” que te dejan con ese pensamiento y esa meditación que luego provocan ríos de creatividad. Gracias, Manuela, por tus sabias palabras.

¿Qué es para ti la poesía? 

Pues no sabría dar una sola explicación. La poesía son muchas cosas que nos ayudan a escupir nuestras propias miserias, todos las tenemos, ya que tenemos el bien y el mal dentro. También nos ayuda a buscar y buscarnos entre el enramado tan difícil que conforman los axones de nuestras neuronas. 

La lectura de la poesía es minoritaria, ¿cómo convencerías a alguien que dice que no le gusta la poesía para que se introduzca en su lectura?

Difícil me lo ponéis amiga Pilar. ¿Quién soy yo para intentar convencer a alguien? Bueno, lo intentaré. Creo que si se comienza por leer microrrelato o relato corto, se puede uno ir metiendo en harina. Otra manera es escuchando un rap detenidamente, ahí hay poesía urbana a tutiplén. También es positivo para ir entrando en los poemas,  escuchar a los poetas, ahora, por suerte, ya se puede escuchar poesía en muchos ambientes, de acuerdo, todavía son minoritarios, pero los hay. Por último decir que tampoco hay que obligarse mucho, eso creo que aleja en vez de acercar, el momento llegará.

¿Cómo integras la poesía en tu día a día y en tus obligaciones personales y laborales?

Creo que ya la tengo metida en los adentros. Hay veces que estoy pelando una patata en la cocina y viene volando una idea, un verso, una palabra que se hila a otra y…, suelto el cuchillo, voy corriendo a anotarla. A veces ese inicio da para mucho, otras se queda en el camino. Otras veces, también ocurre que tengo unos cuantos versos sueltos y no soy capaz de atarlos, entonces tengo que trabajármelo mucho, eso de que la inspiración viene cuando estás trabajando es muy cierto. Por eso procuro sacar un rato a diario para escribir algo, luego, cuando tenga tiempo ya lo corregiré.

¿Qué le dirías a alguien que empieza ahora en la poesía? 

Y… quién soy yo, amiga Pilar, para decirle nada a alguien, en todo caso comentar que trabajando mucho las palabras, siendo totalmente honesto, leyendo, leyendo, leyendo muchísimo, y cuestionándote, se va por buen camino, eso es lo que humildemente creo. 

***

Como veis, una persona llena de sabiduría y de humildad. 

Manuela ha tenido la generosidad de regalarnos un vídeo sólo para nuestros ojos, amigos y amigas de estos Filandones Violetas. Nos ha leído su magnífico poema: Nauta. Espero que os guste. Como podréis apreciar al verlo, es una delicia escucharla. 


Os compartimos, además, otro par de vídeos que hay por internet y que pueden ayudarnos a acercarnos a nuestra protagonista de hoy: 

Manuela Bodas en el Día de las Escritoras

Día de las Escritoras León 2020. Manuela Bodas trae a Teresa de Jesús & Cristina Morales

Y para acabar, Manuela ha querido compartir con nosotras y con nosotros su poema “El nauta” que justo hemos compartido en vídeo arriba. Yo os recomiendo que lo leáis. Pero que luego lo escuchéis y veáis el vídeo y volváis a leerlo tras ello. Veréis nuevas dimensiones en cada verso. La voz de la poeta, amigos y amigas, hace magia.

Y si podéis, buscadla en libros y antologías. Buscadla en recitales. Escuchadla. Y sentaros a hablar con ella. No os arrepentiréis. Palabra de filandona.

MUESTRA DE SU OBRA

EL NAUTA

Bajo mis pies de barro, 
se esconden otros pies, otras manos.
Surca las olas de la tierra,
toda la sangre que traigo del otro lado.

Bajo esta piel hecha mapa y caricia,
se repiten las señales del viento,
que arrastran las semillas y las depositan,
en el cuenco de cuévanos nuevos.
Soy lluvia y viento. Soy luz y sombra
de mis anteriores brazos.
Brazos infinitos, que van a dar al alba.

Al alba vendrá otra rueda de risas y lágrimas.
Lágrimas, o sal necesaria para convocar al dios,
que olvidó dar pan, a la temblorosa mano del nauta.

Bajo mis días de crisálida, guardo un viejo timón,
para que dirija las horas que aún me quedan.
El provecto timón se ha hecho sabio con Caronte,
él le ha enseñado los signos de las dos orillas.
Sin embargo, este nauta, 
anda errado, herido de tropiezos,
se pierde una y mil maneras de salvar tempestades.

No quise quedar en la memoria,
pero he vuelto, por las holladas pisadas,
a recorrer los mares amarillos de la tierra,
a volar sobre las amapolas azules del cielo,
he vuelto, porque necesito aprenderme otra vez, y otra.
Tantas veces, como horas hay en la mirada tierna
del niño de la cebolla, ahora convertido 
en eterno nauta de este infinito destierro que es la vida.
En este infinito destierro que huele a vuelta y a ida.

Aún me pierdo en los pasos no dados, en los no nacidos
al regreso eterno, de donde tampoco recuerdo
las últimas pisadas, las del otro que me precedió,
y no dejó marcada la senda de la risa, 
ni encendida la llama de la rosa. 

Yo soy el nauta.
Tú eres el nauta.
Ellos son el nauta.
Soy, somos, ese caminante, 
que bajo mis, tus  pies de barro,
busca la sangre que viene de regreso.
Busca el verbo del reino de Hades,
donde Caronte me convirtió en nauta,
en semilla, en viento, en barca, en camino
de vuelta y de ida.
Yo, tu, ellos, el mismo nauta que regresa,
y vuelve, y regresa, asido al grumo mas pequeño.
Asido al niño que habita cosido a mis dedos.

Al niño del que vine y al que eternamente retorno,
en mensaje de vuelta y de ida.

Eres, soy el nauta errante, eterno, que recoge
constantemente,
constelaciones de carnes y huesos,
las reinventa  y las devuelve
constantemente,
constantemente, constantemente…..
Al mar de la vida, que va a dar a la muerte,
que lleva a la vida…
…de vuelta, de ida…         
               
            Manuela Bodas Puente
 

***

TEJIENDO EN LA SOMBRA

Tejiendo y leyendo y escribiendo y viviendo y soñando y amando y… y todo lo que hago siendo todo lo que soy. Ahí estoy yo, detrás de este filandón violeta, intentando sobrevivir en una gran ciudad donde me siento hormiga, leyendo, escribiendo y recitando poesía, siendo madre, trabajadora y poeta de guardia, como decía nuestra querida Gloria.

Me llamo Pilar Escamilla Fresco y si quieres saber de mí búscame aquí: www.caradeluna.es

Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida.

Y si tienes hijos, léeles poesías.

Sin poesía, no hay vida.



lunes, 13 de junio de 2022

Amor, neurosis y vida 4. El lobo respira libertad


Ilustración de: Shawn Coss

Muere lentamente quien pasa por la vida en la sustancia gris de la oficina al trabajo. Por eso tú no mueres lentamente, sino intensamente. Tres de la mañana. Mi sueño se apaga para ir al baño. Te descubro tecleando de manera compulsiva con la espalda algo corvada delante del ordenador. Tus ojos están rojos. Tus manos no sueltan ni el cigarro ni la cerveza. Y algo en tu mirada me dice que has vuelto a hacerlo, que has vuelto a vomitar los textos que mañana harán estremecer a todos tus lectores. Buscar tus manos mientras me pides que me siente a tu lado. Regar la noche con cerveza y aroma a tabaco barato. Besarte las orejas. Morderte el labio inferior. Abrazarte con fuerza. Sentir tu respiración en mi pecho mientras acaricias mis pezones. Robarte una canción. Escucharte cantarla. Tus hoyuelos de madrugada picarones y sonrientes. Sombras bajo los cuadros que adornan tus paredes. No quieres ni oír hablar de dibujos, bolis bic o similares. Eres Alberto, el de los libros. Te acuestas a mi lado. Me miras mientras mi respiración se corta porque la apnea quiere dejarme soñando en el inconsciente. Te asusta mi respiración, pero te has acostumbrado a ella. Sabes que antes del minuto de silencio vuelvo a coger aire. Me ahogo y lo sabes. Mi cuerpo me ahoga y me miras con pena y con cariño. No sé muy bien cuál sentimiento de esos dos es el más fuerte. Dices que me quieres con una voz dulce y pausada. Yo cierro los ojos. Quiero que me hables de tus fantasmas pero no me atrevo a preguntarte. Tiene que ser algo que tú quieras hacer. Hablar. Hablarme de las cámaras ocultas. Hablarme de las voces que ya no sé si sigues oyendo. De tu loro Charly. Tu madre llorando mientras te mira al otro lado de la puerta. Tú hibernando en una habitación que Marisa bautizó como la habitación del pánico. Abrazarte más fuerte de lo que lo haría una camisa de fuerza. Mamá y papá que te quieren mucho. Pero que no te entienden. Explota tu cabeza como una olla exprés repleta de palabras e imágenes. Lecturas por hacer. Lecturas iniciadas. Lecturas finalizadas. Erudito sólo con abrir los labios y pronunciar una palabra. Quién sabe de qué hablas. Pero hechizas a tu auditorio. Buscas a Serrat. Penélope. Con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. ¿Me ves a mí con un bolso de piel marrón o con unos zapatos de tacón? Creo que ni tengo vestido de domingo. Penélope. Cantas con el cigarro sujeto por dos dedos largos con las uñas cuidadas. Me levanto a prepararme un café. ¿Quieres uno? Cargado, dos cucharadas de azúcar. Hazme las migas que me hacía mi abuela. Desnudar mis defensas al ritmo de Silvio. Dices que también hablo en sueños. Tú sólo roncas, a veces más, a veces menos. Depende de lo que hayas bebido antes de caer rendido. Tu voz dulce. Pilar… Pilar… ¿estás? Ese abrazo en medio de la sala. Tú en pijama. Yo a medio vestir. Ven esta noche. Quédate conmigo. Me gusta hablar contigo. Mañana madrugo, Alberto el de los libros. Yo necesito pagar mi hipoteca y trabajar. No quiero dormir, sino estar a tu lado, beberme tus palabras a sorbos de cebada con limón y dejarme mecer por el vaho de las ventanas de una terraza cerrada. Un perro en una calle sin asfaltar en un pueblo. Un pueblo lleno de borracheras y resacas de infierno. Cristales y polvos mágicos. El sueño de una inteligencia cuya imaginación desborda de imágenes los cuadernos. Recrearme en tus labios. Una pantalla desprotegida de tu imaginación a la que atacas a golpe de teclado con la mirada ida. Resistir en medio del miedo. El encierro. No entiendo nada, mamá. ¿Dónde estás, mamá? Ven a buscarme, hace frío y estoy solo. El señor de la bata blanca me mira mal. Dice que no vendrás a por mí. Sácame. Llévame de vuelta con la abuela Ciriaca. Quiero sacar a Charly de su jaula para conversar con él sobre unos textos inéditos de Wallace. Me dijo que quería que le siguiera leyendo más capítulos. Cariño, sé que necesitas descansar, pero cuánto quiero que te quedes conmigo más tiempo. Ven a sentarte a mi lado. Bésame. Abre la boca. Abre más la boca. ¿Te gustan mis besos? ¿Soy guapo? Perdóname, estoy muy borracho. Acuéstate si quieres. Pero cuánto me gustaría que te quedases conmigo charlando.


Ilustraciones arquitectónicas de de F. Babina.

Publicado originariamente en: Caradeluna.

Banda sonora de estos relatos: Neurosis


TEJIENDO EN LA SOMBRA


Tejiendo y leyendo y escribiendo y viviendo y soñando y amando y… y todo lo que hago siendo todo lo que soy. Ahí estoy yo, detrás de este filandón violeta, intentando sobrevivir en una gran ciudad donde me siento hormiga, leyendo, escribiendo y recitando poesía, siendo madre, trabajadora y poeta de guardia, como decía nuestra querida Gloria.

Me llamo Pilar Escamilla Fresco y si quieres saber de mí búscame aquí: www.caradeluna.es

Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida. Y si tienes hijos e hijas, léeles poesía. Sin poesía, no hay vida.