Las sombras del pasado vuelcan su silencio más aterrador
sobre los sueños que de noche se apoderan del miedo.
Tejen telas para atrapar, como las arañas, las cenizas
que el tiempo imparable se ha negado a apagar.
Las sombras del pasado retoman el ritmo silencioso de mis sueños.
Vienen a mí rebosando ríos de sentimientos desbordados.
Desestabilizan el paraíso que creo en mí.
Mis manos limitan la distancia que me separa de los sueños,
y unos ojos oscuros tratan de acercarse más y más,
mientras mi mente se deja atrapar casi sin luchar
por las telas de araña que tejes a mi alrededor.
Quisiste ser fuego y te apagaste siéndolo,
quisiste ser sueño y fuiste dueño sin buscarlo.
Y, gracias a no sé qué misterios de la vida,
gracias a no sé qué magia desestabilizadora y casual
sigues viniendo a mí más allá de mis sueños.
A veces los días de traen sorpresas.
Gracias.