Vísteme con la capacidad que tienes
de verme sin mirarme
y de mirarme sin verme,
de desnudar el chocolate de mi rostro
cuando me llamas princesa,
y sentir el áspero tacto
de la madera de tu piel
en mis mejillas.
Abrázame sin pedírtelo.
Y búscame de madrugada
antes de que deje
de
. necesitarte
. yo
. a
. ti.
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