Cuando mi pequeña se despierta de madrugada
sollozando, nerviosa, sudorosa,
me siento impotente.
Quisiera apartar de sus noches los monstruos que tanto teme.
Entonces San Google me ofrece un recurso único:
el “Spray Antimonstruos”.
Las instrucciones son sencillas:
Comprar un bote pequeño, de esos que tienen pistolilla,
de los que se usan para bañar las hojas de las plantas.
Decorarlo con cuidado, a ser posible con tu hija al lado.
Dibujar, o mejor, que ella dibuje
el monstruo que tanto teme con rotulador perenne.
Cuando se termine la decoración, rellenar con agua
y con unas cuantas gotas del perfume de mamá.
Dejar al lado de la cama.
Rociar la habitación a la noche, cuando la niña pida su cuento.
Dejar el frasco al lado para que ella pueda disparar
a cualquier monstruo que ose en su cuarto entrar.
No olvidarse de contarle el truco.
“Todos tenemos miedo a los monstruos.
Pero lo que poca gente sabe,
es que los monstruos también tienen miedo.
Lo que aterroriza y hace huir a los monstruos
son las madres de los niños que duermen.
Si creen que en una habitación hay una de ellas, ni entran.
Por eso sólo aparecen cuando los niños se quedan solos.
Podemos engañarlos si nuestro cuarto huele como mamá.
Así, cuando nos quieran asustar, olerán,
y pensando que aún está la madre con la niña,
saldrán huyendo y no entrarán.”
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