miércoles, 11 de julio de 2012

Paredes azules

He descubierto el mundo a través de esta casa,
encerrada entre estas cuatro paredes blancas,
claustrofóbica, enferma,
jodidamente triste.
Rosa Silverio

En esta casa se ahoga mi juventud robada.
Pierdo los sueños.
El gotelé de las paredes son las lágrimas con las que me solía visitar la madrugada.
Manchas de café derramado en el armario.
Casetes de música ordenadas alfabéticamente.
Un cajón cuyo doble fondo creé para guardar mi diario.
Un espejo cuyo reverso guardaba la única carta que me escribiste.
Y una mancha de orín en el suelo donde las sábanas solían aguardar a ser lavadas.
En este cuarto azul mis sueños se evaporan.
Vuelo hacia las estrellas que brillan ficticias en el techo también azul.
Me quiero sentir nadando en el océano, lejos, muy lejos de aquí.
Aquí te lloré como no he llorado a nadie jamás.
Y aquí me hicieron llorar quienes por mí debían velar.
Aquí comenzaron mis jaquecas,
el refugio de la comida,
el sexo a escondidas.
Y el baúl con candado que protege mi vida más íntima.
Hay silencio.
Lo que no hay es vida.
Hay miedo.
Y pesadillas.
En este cuarto aún me pierdo, aún me mareo.
Vértigo que me hace perder el equilibrio
con el que trato de mantenerme a salvo.
Entre estas cuatro paredes me he querido morir
y he salido después a buscar la vida que casi perdí.
En esta habitación fui mala, busqué al diablo debajo del parquet,
quise perderme en un laberinto de alcohol y discotecas.
Y en esta habitación fui la niña más buena que se pudo soñar.
Pero nadie lo apreció.
Y sólo cuando salí de este cuarto
me empezaron a crecer las alas en la espalda.

1 comentario:

  1. […] un par de años escribí a esas paredes azules que aunque ya no me rodean aún viven en […]

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