Rumor de olas que vienen y van;
me enredo a tu espuma,
devoro tu sal.
Ven a confundirte entre las sombras
de las algas que habitan mi espalda.
Seamos sudor, jugos, salitre y surcos.
Habita mi playa,
llena mi arena con las perlas de tus pestañas.
Sé marea alta de madrugada
y seré marea baja sobre tu piel.
Convirtámonos en oleaje de caracolas y guijarros.
Siembra la sal de tus manos sobre mis pechos.
Sumérgete en mi ombligo.
Sé el epicentro del maremoto que inunda mis deseos.
Soy playa brava
esperándote.
Ven.
Pilar Escamilla, 28-06-2012
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