lunes, 13 de febrero de 2012

Vuelo con espejo

A veces me miro al espejo y me pregunto
dónde está la mujer con alas que en sueños me llama,
y si esa mujer comparte conmigo
nombre
rostro
pero no alma.

Ser consciente de que no funciona nada,
de que algo se rompe en mil trozos
cuando los oídos de la conciencia se tapan.

Despierta el sol en medio de una niebla
templada por el sueño revelador.
Horizonte que nos mira en la distancia
y me trae no tus ojos sino tu mirada.
Silencio que llama desde lejos a gritar
caminos polvorientos de miedos.

Dame las alas que necesita mi mirada.
Sólo has de contarme en altura
el significado de las miradas calladas.
Y si tras las pestañas del suelo que barremos
hay fábulas que de día o de noche nos llaman.

Cumbres nevadas en el horizonte.
Trenes, plantas y distancias.

Perdóname por coser a tu espalda las fantasías
que sin ningún pudor aún pueblan
mis eternas noches libres de pesadillas.
Perdóname por ceder ante las ausencias
y dar sonido a los silencios más dolorosos,
y a la vez dulcemente asombrosos.

Suelo brotar de la semilla de mis sueños,
suelo crecerme en la distancia,
suelo callar lo que mi mirada habla,
suelo soñar en silencio palabras.

El reflejo que desde el otro lado me mira
tiene mi boca, tiene mi nariz, tiene mis ojos.
Mi mueca a la izquierda, él la copia a la inversa.
El reflejo que me mira de reojo
tiene mi rostro, mas no mi alma.

Alma de palabras poblada que silentes
se escapan por las rendijas de dos ojos
con todas, absolutamente todas, sus pestañas.
Pareciera que nunca perdiste ninguna.
Pero a veces tu mejilla rescata sin quererlo
una pestaña suicida que quiere escapar.

Enhebrar la aguja, juntar los pliegos,
rebajar los largos que siempre sobran,
coser los anchos, descoser más tarde.
Volver a coser sin pretenderlo.
Una puntilla adorna la blusa granate,
una puntilla negra de ganchillo de abuela.

El espejo me devuelve una sombra de lo que soy
una imagen plana de algo con múltiples dimensiones.

Silencioso, el espejo calla pero evidencia.
Silencioso, cobarde y acusica.

Date la espalda, no lo mires, no lo sueñes.
Vuelve donde nadie estuvo.
Quédate y no vuelvas.

A veces me miro en el espejo de mi alma
y ni reconozco que soy
mujer de carne y hueso,
mujer con sueños y deseos,
mujer que quiso volar.
Mujer que aún puede hacerlo.

Mujer...

Simplemente.

6 comentarios:

  1. Sencillamente dulce

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  2. Susana Pascual Lopez25/2/12 11:45 p. m.

    Amiga, deja volar tu SHEN ( como dicen los chinos) el espíritu que reside en tu corazón cada noche porque merece la pena que tu cuerpo sufra algo de insomnio para plasmar tanta creatividad en tus bellas palabras.
    Me ha encantado!

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  3. Gracias Susana, muchas gracias

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  4. Me encantó!!!

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  5. Has dehjado volar tu creatividad y imaginacion de dulce corazon felicitaciones. por penetrante .

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  6. […] El poema completo está aquí: Vuelo con espejo […]

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