miércoles, 12 de enero de 2011

SOLEDADES

Hay soledades más grandes que la evidente
soledad de no tener nadie a tu lado.
Soledades que te hunden para dentro el pecho
como si fuera de plastilina o de goma.
Puedes estar solo en medio de una ciudad inmensa
rodeado de millones de personas solas como tú.
Puedes estar solo en medio de la oficina
con cientos de compañeros hablándote a la vez.
Hay soledades que ahogan el grito que quiere salir
pero no sale por miedo a no ser oído.
Y soledades que se prenden de tu camisa con un alfiler
y que no se sueltan en semanas, meses, años.
Hay silencios que marcan compañía cuando estás solo;
porque la mirada callada de ese desconocido
puede acompañarte más en tu camino
que el ruido atronador de la multitud a tu alrededor.
Hay soledades de las que es mejor huir,
y otras de las que no se puede huir.
Aunque también es verdad, como dice el refrán
que es mejor estar solo, que mal acompañado.

Pilar Escamilla Fresco, Enero 2010

1 comentario:

  1. Así es, buena es la soledad elegida, y horrible la otra que más bien es abandono. Saludos. Jesús.

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