domingo, 17 de julio de 2016

Tango triangular

Junta tu ombligo al mío.
Seré el aire que os separa.

No hay lunas en estas paredes.
Sólo
silencios que aúllan,
manos que mastican,
ojos que acarician.

Venid. Tumbémonos despacio.
Hagamos de nuestros cuerpos un camino sin retorno.

Ganemos un pulso al tiempo en que las estrellas dejen paso a las golondrinas,
mientras los surcos de mi lengua recorren vuestras espaldas
y recrean constelaciones con nubes en vuestros lunares.

Porque el aire que bucea entre nuestras piernas
no alimenta los gemidos que nos despiertan.
Y las yemas de los dedos llaman al combate de los sentidos.

Registrad en vuestra memoria los colores
de las pieles de las tres aristas de este triángulo.
Desde esta noche serán puntas que ahogarán lo nunca dicho
y lo enterrarán en la cara oculta de la luna.

Recorren los cabellos las curvas del deseo.

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