Recortes, shock y resistencia

Hace ya tiempo que os hablé de la doctrina del shock de Naomi Klein (vuelvo a dejar enlazado el artículo). Volví a mencionarlo y a hacer algunas reflexiones al respecto un poco más adelante con la idea de prohibido rendirse.

Hoy ha salido publicado en El Diario un artículo sobre este tema: La crisis como excusa para una doctrina del shock.

Amigos, los titulares destacados son claros:

• El Gobierno se sirve de la crisis para abordar un tratamiento de choque económico que nos receta descargas eléctricas de forma continuada.


• A pesar de que nos presentan los recortes como inevitables, organismos como el FMI están pendientes de la reacción ciudadana en España.

-- fin de la cita ;-) --

Dice una canción de Mecano que "cuando se es peón la única salida es la revolución". Y ahora más que nunca estoy convencida de que la unión hace la fuerza.

No es la primera vez que escucho que somos un inmenso laboratorio socio-económico, que están utilizando a los PIGS (sí, cerdos, en inglés, aunque son las siglas de Portugal, Italia, Grecia y España, también en inglés) como laboratorios. Experimentan a ver hasta dónde pueden ahogarnos sin que esto estalle. Están frotándose las manos a ver cuánto pueden arañar con la idea de que total, quejarse no sirve de nada, y resignarnos a que no podemos pelear. Estamos siendo re-educados y no somos conscientes de ello.

Hace poco leí un post de una chica que ha empezado a seguirme (¡gracias!). El post es muy interesante y habla de ¿Por qué los elefantes no huyen?. La historia ya la conocía, pero me parece muy interesante recordarla. Los elefantes tienen mucha memoria. Han aprendido de pequeños que su fuerza no es suficiente para romper las cadenas que los inmovilizan. Cuando crecen su fuerza también ha crecido. Pero su memoria les dice que no tienen fuerza. Y no lo vuelven a intentar.

La fuerza está en la calle, en la unión de las personas, en los intereses comunes, en pelearnos por cada pequeño o gran recorte, en no callarnos. La fuerza está en nosotros. No dejemos que nos convenzan de que no vale de nada quejarse, chillar, patalear y llamar cabrones a quienes manejan estos hilos. Sí vale. Tengo la esperanza de que sí vale.

No pensemos que todo lo que nos están quitando volverá cuando la crisis se acabe. No, amigos, no nos dejemos engañar. Cada cosa que nos quitan, que nos roban, que nos arrebatan: la hemos perdido. Para siempre. Y no será fácil recuperarla. Eso lo saben perfectamente los de arriba. Hay un refrán que dice "Santa Rita Rita Rita, lo que se da no se quita". Y así es. Yo no tengo la menor duda.

Habrá que hacer otra revolución, de la forma que sea, tendremos que inventarnos otra forma de cambiar las cosas. Rodar cabezas como en Francia no creo que sea lo ideal. Y de alguna forma no podemos callarnos y aceptar que nuestros hijos no tendrán todo lo que ahora nos estamos dejando quitar.

Simplemente pensad en ello. Feliz semana. Y a quejarse, no dejéis de quejaros nunca.