Las casualidades de esta vida hicieron que en unas fiestas de San Isidro del año 96, en pleno concierto de Loquillo en la Plaza Mayor, conociese a una de las personas más interesantes que han entrado en mi vida. Y aunque el tiempo y los trabajos han distanciado nuestras vidas, intento seguirle la pista de lejos, y cuando puedo, de cerca. Aunque cada vez son menos las ocasiones.
Y tal día como hoy, el día de mi santo, nació Ángel. Y nunca se me olvida felicitarle, porque le sigo queriendo mucho, mucho, mucho... Felicidades, amigo. Nos debemos un café ¿vale?
Y como curiosidad de archivo, una hoja del periódico de la época:
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