Hoy el silencio puedo olerlo.
Puedo resbalarme del aliento de tu sonrisa,
y no hacerme daño.
La vida aquí arriba parece distinta.
El cristal refleja mi perfil sobre el tuyo.
Te contemplo desde lejos.
Sentir el aliento de mis manos llamándote.
Vigilar tus carcajadas en la distancia.
Tocar el aire que respiro buscándote.
Hay vidas que se disfrutan
más allá de mi ventana sellada.
Si quiero participar de ellas, no puedo.
No hay manilla ni mecanismo que la abra.
Estoy, simplemente, encerrada.
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