lunes, 9 de junio de 2008

Siendo en ti aire y oscuro, de Antonio Daganzo Castro

Esta semana he leído un poemario de un antiguo compañero de clase del instituto. Es curioso ver por dónde vamos cuando crecemos. He querido extraer unos versos de su libro que me han gustado especialmente. Espero que os gusten también a vosotros.

Datos del libro: Siendo en ti aire y oscuro / Antonio Daganzo Castro (Ed. Slovento, ISBN: 84-96379-19-1)
Paseamos
y enseñamos al mundo nuestras manos sin lazo.
Sólo palabras vinculadas, acercándonos.
Mejor así.
A cada momento parece que una esperanza brota;
todo revivido en el no cuerpo de las voces.
Hablas, esclareces.
Hablo, agonizo.
Los corazones preservados de hipotéticos fuegos.
Gozo y dolor
en la tierra de nadie donde esta ciudad se ha erigido
para que por ella paseemos.
Y paseamos.

**********

El silencio soy yo porque es tu ausencia.
Silencio; soledad jamás.
Avenidas del alma transitadas por quiénes,
socavadas cómo.
Inexplicable este rito de convocarte aquí,
hacia la noche,
y tú llegando para darme la voz, apenas cielo,
y mientras vivo.
El silencio soy yo y este milagro.

**********

Que estas lágrimas, pues, no se vierten por ti.
Que el sentir lo llevo todo conmigo
hasta aturdirme.
Que este gozo de dos el llanto de uno solo.
Que tú ya no eres más tú sino amor puro:
yo mismo.
Que estas lágrimas, pues, no se vierten por ti.
No vaya a confundirse en las mejillas la tristeza.

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