lunes, 24 de abril de 2023

Manuela López y Felisa Rodríguez

 Publicado originariamente en: Manuela López y Felisa Rodríguez. MasticadoresFem

El mes pasado os hablaba de mi primera participación en los homenajes a las mujeres escritoras que coordina Mercedes G. Rojo desde León. Hoy os voy a hablar de los dos siguientes. Con todo el dolor de mi corazón he tenido que decir que no al que se acaba de presentar este año, con Manuela Rejas como protagonista llena de magia, una mujer cuyo libro (15 historias en carne viva) ya leí hace un par de veranos y que tuve que renunciar a participar en su rescate porque dicen que quien mucho abarca poco aprieta, y en este momento hay algunos temas que requieren mucha más atención. Pero espero poder continuar en los sucesivos.

El siguiente homenaje en el que participé fue el de Manuela López. La publicación salió ya en el primer año de la pandemia mundial en la que todos nos hemos visto inmersos. Los eventos presenciales se vieron muy limitados y no se pudo hacer como hubiera merecido. Mercedes G. Rojo, incansable en su pelea por rescatar la vida y obra de Manuela López, ha dirigido dos publicaciones que, si podéis, no dudéis en leer. El último está recién salido del horno, como quien dice.

 

Esto escribí a modo de explicación sobre qué suponía para mí participar en este proyecto tan importante:

Participar en estos homenajes que año tras año propone Mercedes G. Rojo, supone para mí descubrir mujeres que han sido silenciadas en la historia y cuya vida y obra desconocía. Sumergirme en sus textos y en sus personas es una aventura deliciosa. De Manuela no había oído hablar hasta que me presentaron el proyecto, y a poco que empecé a investigar no tuve ninguna duda de que necesitaba aportar mi grano de arena. En la vida de Manuela he podido vislumbrar parte de la vida de otras mujeres que he conocido en León, pero Manuela iba más allá ya que su pasión por la palabra y la escritura, su necesidad de dejar constancia de su vida a través de sus textos, es algo que la convierte en memorable. Por eso, por Manuela, y por todas las Manuelas silenciadas a lo largo de la historia, estos proyectos son necesarios.

Para mi aportación, me puse en la piel del primer marido de Manuela, esa historia que me dejó helada y emocionada por mucho tiempo. Quise imaginar qué le hubiera dicho él si se lo hubieran permitido. Os pongo el poema que publicaron en la antología del homenaje. Espero que os haga sentir esa historia que se quedó a medias, rota por una guerra que nunca debió darse.

TE ESCRIBIRÉ DESDE EL SILENCIO

“Cuando te fuiste, se detuvo mi vida
bajo el ventanal de la ausencia.
Me quedé sin crepúsculos
que huyeron para siempre de mis días sin dejar huellas.”
Manuela López

Manuela, respira hondo.
He de contarte a través del viento
que me han llevado donde no me encontrarás.
No me busques.
Sé que suplicaste clemencia.
Que sepas que,
aunque pareciera haber sido en balde,
no lo fue.
Me llegaron tus palabras
bajo la sorna de mis verdugos.
Tal era su ignorancia
que en su burla solo me llegó tu alma enamorada.
Manuela, me marcho sabiendo
que en ti laten dos corazones que me pertenecen.
Cuida de quien aún crece en tu vientre, Manuela,
y no dejes que me olvide.
Sé que tú no lo harás.

“Esperaba encontrarte en cada esquina, en cada encrucijada.”
Mas en silencio desaparezco.

Manuela, me voy obligado en la noche.
Pero lo hago con el aroma de tu piel
enraizado en mis entrañas.
Te quiero más que a mi vida, Manuela.
Y me rompo al tener la certeza de que te dejo sola.
Conozco las líneas que surcarán tus ojos con los años,
las conozco antes de que existan,
y me duelen más de lo que me duelen mis propias heridas.

Piénsame cuando camines por la vereda del Cúa,
cuando recorras el empedrado que conduce a nuestro hogar,
cuando nuestro hijo te dé la mano
y te busque en la noche plagada de pesadillas.

Recuerda que llevo conmigo el sabor de tus besos.
Gracias por conservarme con vosotros.

Marcho triste, pero en paz.

Hasta luego, Manuela.

Te amo.

*****

La propuesta de Felisa Rodríguez llegó justo el año siguiente. Ya con la pandemia integrada en nuestras vidas, los homenajes presenciales se vieron muy limitados. Leí todo lo que pude, investigando, igual que con Manuela y con Alfonsa. “La vi” en su casa, con su hermana, con sus alumnos. Una vida dedicada a los demás. Alguien, también, imprescindible. Alguien a quien no olvidar.

Sobre cómo llegó a mí Felisa y lo que supuso participar en esta antología en su honor, escribí esto:

De Felisa me llega su vida hecha poema, el paso del tiempo al son del repicar de las campanas de su pueblo, sus raíces, sus creencias. La mezcla de letanías, credos y aleluyas, con su amor a la naturaleza. Su voz suena moderna y tan contemporánea que podría haber escrito su obra hoy día. El Dios cristiano habitando el mismo espacio que seres mágicos y ritos ancestrales, dioses celtas y leyendas propias.

No puedo mostrar más que agradecimiento a Mercedes G. Rojo por esta labor en la que me dejo arrastrar año tras año. Gracias por descubrirme mujeres fascinantes cuya existencia desconocía hasta ahora.

Como dije anteriormente, por Felisa y por todas las Felisas silenciadas en la Historia.

Y me acordé de mi pueblo, de la casa de mis abuelos, de las puertas sin cerrar, de los vecinos, de las pandillas de rapaces corriendo por las calles, buscando el baño en los canales de riego, recogiendo moras en los caminos y persiguiendo lagartijas… escribí este poema. Espero que os emocione.


LETANÍA DE CAMPANA EN LA MADRUGADA

Ding
Llaman las campanas del pueblo a misa.
La calle empedrada se cubre
con el hielo de la mañana.
Arriba, las nubes, anuncian
un nuevo despertar,
y pintean el camino de los feligreses.
Dong
Aguanta, Felisa, que no llegamos.
Dame la mano, no vayamos a patinar.
Trancaste la puerta, ¿no?
No nos encontremos, a la vuelta, sorpresa.
Ding
Hay que pasar el negrillo.
Luego doblar la esquina.
Es sencillo el camino.
Mejor aún, seguir el repique.
Dong
Abajo, en el arroyo, una ninfa mira de reojo.
Xanas, meigas, trasgos y otros seres
conviven con ese Dios cristiano.
Una letanía de aleluyas
se mezcla con ritos ancestrales y otras leyendas.
Aquí no hay conflictos.
Sólo paz.
Ding
Dong

Estas son las referencias de los dos libros de los que os he hablado hoy en mi artículo. Como siempre os digo: buscadlos en las librerías y en las bibliotecas. Leedlos y saboreadlos. La poesía es vida. Y en estos homenajes en los que las que participamos, pero en especial la que los organiza y coordina que es Mercedes ponemos todo nuestro corazón, se siente.

  

MANUELA LÓPEZ. Una vida, una obra Homenaje escritoras leonesas 2021. León. Día de la Mujer.  / Ediciones El Forastero (ISBN: 978-84-122569-5-6)

FELISA RODRÍGUEZ. Una biografía desde el recuerdo. Homenaje escritoras leonesas 2022. / Ediciones Lobo Sapiens (ISBN: 978-84-124546-4-2)

Y esto por ahora. Nos encontramos el mes que viene, en otro ejercicio de autorrescate. Porque las mujeres de verdad no somos rescatadas, nos rescatamos nosotras mismas.

© Jesús Mandriñán  

TEJIENDO EN LA SOMBRA

Tejiendo y leyendo y escribiendo y viviendo y soñando y amando y… y todo lo que hago siendo todo lo que soy. Ahí estoy yo, intentando sobrevivir en una gran ciudad donde me siento hormiga, caracol o tortuga, leyendo, escribiendo y recitando poesía, siendo madre, trabajadora y poeta de guardia, como decía nuestra querida Gloria.

Me llamo Pilar Escamilla Fresco y si quieres saber de mí búscame aquí: www.caradeluna.es

Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida.

Y si tienes hijos, léeles poesías.

Sin poesía, no hay vida.

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