Abuelo, tu casa está deformada. Los nuevos dueños han hecho un desastre con su fachada, estoy convencida de que te dolería verlo. Lo siento mucho, abuelito.
También hemos estado paseando por Astorga. Esta ciudad me trae a la memoria todos los paseos e historias que hemos compartido. El café con rosquilla en El Pasaje, el brujo Merlín en el León y el Águila, mi hermana y mi primo paseando sus pies pequeñitos por la muralla, y Gaudí, majestuoso al lado de la Catedral.
Abuelos, ojalá pudiérais ver este presente mío. Quiero compartirlo con vosotros y con Bego. Pero sólo está con nosotros la abuela, o su cuerpo. Porque ella se fue hace tiempo y ya casi ni nos reconoce.
Abuelos, he vuelto. Y quiero que sepáis que mi amor es de un pueblo de al lado del vuestro. Que es dulce y bondadoso. Que me quiere con locura. Y que tenemos una familia que ojalá pudiérais conocer porque me hace feliz y sé que seríais felices conmigo.
Abuelos, pensé que no volvería, pero he vuelto...
Igual no vuelvo
En 2010, cuando pensé que no volvería, también hice este pequeño vídeo. Espero que os guste. La canción es de uno de mis mejores amigos, Agustín Alegre (a ti, querido gigante de ojos verdes, también te echo muchísimo de menos):
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