- "Eres una zorra"
- "Mírate, nadie te quiere porque eres la más fea"
- "Puta, ¿cómo se te ocurre pintarte así?"
- "Vaga, mi cena no está en la mesa"
- "Estúpida, no vales para nada"
- "Ábrete de piernas y no chilles, que los niños nos van a oír"
- "Que te calles, hija de puta, que no tienes derecho a nada"
Y millones de frases más. Nada de esto va a ser ahora malos tratos. Total, si no acabas en el hospital, ya de nada vale hablar.
A este paso recuperamos las querencias del cachete educativo, de la patada en el culo, de la zapatilla y la correa como armas de destrucción masiva de conciencias.
Porque ya sabéis, amigos, que quien bien te quiere te hará sufrir. Hayas sufrido o no, quien bien te quiere te respeta y no busca tu dolor: ni físico ni emocional.
No sé a vosotros, pero a mí se me está acabando la paciencia. A marchas forzadas.
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