Durante un tiempo
he dejado aparcada mi vida
para volcarme en la tuya.
Ahora ya no madrugo
para encerrarme en el suburbano
y perder diez horas al día
delante de la pantalla de un ordenador.
Ahora madrugo para verte,
para perderme en tu mirada oscura,
para calmar tu hambre y tu sed,
para ser el regazo donde te columpias.
He dejado aparcado mi trabajo,
aquel para el que he estudiado,
para volcarme en esta nueva vida,
en este apasionante y difícil nuevo trabajo
que es cuidar de ti y velar por tu sonrisa.
Ahora, tú, eres mi única vida.
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