viernes, 8 de septiembre de 2006

Vuelta de vacaciones

Me hago partícipe de lo que mi cómplice, Pablo, ha escrito sobre nuestras vacaciones...


Vuelta de vacaciones, por Pablo Blaya


Ha pasado casi un mes desde la última actualización. Fuimos a Barcelona, estuvimos en las fiestas del barrio de Gracia, y después en Valencia viendo a las sobrinas. Tras un par de días en Madrid, descansando y organizando cosas, partimos para Grecia.
Los días de pasaron volando, conociendo cosas, lugares y paisajes. El primer día que llegamos, ya por la tarde paseamos por el barrio de monastiraki, al pie de la Acrópolis, brillando de noche, pensando en cómo sería la visita luego por la mañana. Al día siguiente por la mañana (viernes), bien temprano (por el calor y por la cantidad de gente) visitamos la Acrópolis y su museo. Se conservan esculturas y relieves, y son preciosos. Esa misma mañana recorrimos el ágora antigua, allí donde paseaban y se reunían los filósofos de la época, con la estoa y el templo de Asclepio. Después de comer y descansar un poquito, fuimos al museo de Atenas. Se conservan restos de todas las zonas de Grecia (relieves, esculturas, cerámica, orfebrería, frescos,...). Los famosos frescos de los boxeadores están aquí.
Al día siguiente (sábado) iniciamos el circuito por el Peloponeso de tres días. La primera jornada, cruzamos el estrecho de Corinto y la primera parada fue en Epidauro. El famoso teatro que construyeron los atenienses (por entonces era puerto) y que en el s. XX, su acústica era tan perfecta, los norteamericanos intentaron copiarlo en EEUU, pero no les salió. De Epidauro fuimos a Micenas, la famoso ciudadela de Agamenón, y el entorno era también impresionante, también en la época el mar llegaba cerca, y las murallas les protegían de los ataques del enemigo (a la espalda tenían las montañas). Tras visitar la tumba o tesoro de Atreo (el padre de Agamenón), parada para comer y nuevamente en marcha, hacia Olimpia. Llegada al hotel, cena y descanso. Por la mañana visitamos Olimpia, recorrimos el santuario, vimos restos, imaginamos lo que debió de ser el lugar de los primeros juegos olímpicos (776 a.C.), cruzamos bajo el mismo arco por el que salían los atletas al estadio (197 m.). Esa misma mañana visitamos el museo de Olimpia,...¡guarda el Hermes de Praxíteles! Nuevo viaje y nueva parada para comer. Por la tarde llegamos a Delfos, en el Monte Parnaso, a tiempo de ver el museo en el que se puede hacer un recorrido por todas las épocas de la estatuaria griega, hasta dar con el Auriga de Delfos. El santuario lo visitamos a la mañana siguiente, con el templo de Apolo, todos los tesoros, teatro y estadio. El entorno era espectacular (Delfos también había sido puerto). Finalmente después de comer, nos separamos, los que seguían para Meteora (4 horas más al norte) y los que regresábamos a Atenas.
Esa tarde mucho descanso y al día siguiente vimos lo que nos habíamos dejado en Atenas: templo de Zeus olímpico, teatro de Dioniso, ágora romana, biblioteca de Adriano. Por la tarde una librería y edificios neoclásicos (s. XIX): biblioteca, universidad, academia de artes.
El día siguiente fue el de la visita a la isla de Egina. Allí visitamos el templo de Apolo y el de Afaia. Este último a 30 minutos en autocar, isla adentro, y las vistas desde allí, entre el azul del mar, la luz del cielo, y la piedra, podéis imaginar...como para soñar.
Al día siguiente volamos de vuelta. Y de nuevo...
Vuelta a la relidad.

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