miércoles, 18 de abril de 2018

Amar es revolucionario

Amar es revolucionario. En un mundo de guerras y conexiones online, el tacto piel con piel, las relaciones amorosas, se pueden convertir en un auténtico acto revolucionario. Nos han educado para buscar relaciones monógamas, para que las chicas seamos princesas que necesitan ser rescatadas, y los chicos super héroes con ganas de lanzarse a ese rescate. Pero el amor va más allá de un frente a frente. El amor revolucionario es el que se atreve a ser como necesita ser. Hay quien es feliz en una relación monógama. Hay poliamorosos que buscan el equilibrio emocional y sentimental más allá de la pareja. Hay relaciones donde la fidelidad física pasa a un segundo plano y se valora más la estabilidad emocional. Hay personas que desean estar solas y tener relaciones esporádicas. También está quien desea estar solo y no tener relaciones con nadie. Hay tantas posibilidades de amor como personas. Hay mujeres que aman hombres. Mujeres que aman mujeres. Hombres que aman mujeres. Hombres que aman hombres. Personas que aman personas. No hay reglas. El patriarcado, el capitalismo, la sociedad actual nos impone reglas. Hagamos la revolución entre nuestras piernas. Cambiemos el mundo. Anulemos las reglas y creemos nuestro propio esquema. Será válido si nos funciona. Si no nos funciona, prueba y error. Nadie nace sabiéndolo todo desde el principio. Tenemos derecho a equivocarnos. Tenemos derecho a volver a intentarlo. Tenemos derecho a tirar la toalla. Tenemos derecho a enamorarnos. Tenemos derecho a estar solos. Tenemos derecho a ser felices. Eso sí, sin atropellar a quien tenemos al lado. No busquemos repetir el esquema que nos imponen. Busquemos nuestra forma de amar. Y defendámosla. Seamos revolucionarios. Seamos valientes. Seamos insumisos.


Ilustración: Luiso García

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