Corderito mío,
suavidad callada;
mi pecho es tu gruta
de musgo afelpada
Carnecita blanca,
tajada de luna:
lo he olvidado todo
por hacerme cuna
Me olvidé del mundo
y de mí no siento
mas que el pecho vivo
con que te sustento
Yo sé de mí sólo
que en mí te recuestas.
Tu fiesta, hijo mío,
apagó las fiestas.
Gabriela Mistral
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