martes, 7 de noviembre de 2006

Maternidad, por Gioconda Belli

Maternidad II

Mi cuerpo,
como tierra agradecida,
se va extendiendo.

Ya las planicies de mi vientre
van cogiendo la forma
de una redonda colina palpitante,
mientras por dentro,
en quién sabe qué misterio
de agua, sangre y silencio
va creciendo como un puño que se abre
el hijo que sembraste
en el centro de mi fertilidad.

Gioconda Belli



Feto

Tú,
pequeño ser,
estas creciendo dentro de mí
dándome una nueva dimensión.

(Has aumentado mi volumen: cuando bajo las escaleras
no puedo verme los pies. Tengo que subir con cuidado
a los carros y caminar despacio por las calles)

Por las noches ya me despiertas
con tu suave golpeteo
a las puertas de mi casa más secreta.

Platicamos sin palabras
y luego te arrullo
con el correr de mi sangre
y los latidos de mi corazón.

Sientes los pájaros primero que yo
y tu vida rebulle contenta
como la colita de un perro
en la mañana.

Eres mi pequeño habitante
con el que vivo frente a frente
y yo soy tu saco amniótico,
diminuta humanidad sin sexo,
al que a veces imagino mujer
y otras hombre,
al que quiero sin ver
y conozco sin conocer,
nutriéndote y esperando
el momento de nuestra cita.

Gioconda Belli

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