viernes, 31 de marzo de 2017

Extremos consecutivos

Compartimos un colacao con las rosquillas que ayer estuvo haciendo la abuela Edisa. La leche hierve en el hornillo mientras la abuela la observa con mimo. Te ofrezco mi mano de neurótica creativa. Me entrego a la vida con ganas de perderme en el laberinto de las emociones que una infancia compartida diluye en el olvido. La litera de arriba, los cascos y un radiocasette que cae sobre quien duerme. El insomnio. Vuelve tu estómago al mío. Las croquetas de cocido, la leche frita, el pollo a l'ast con coles de bruselas y zanahorias rehogadas. Vomitar. Correr. Comer. Vuelta a empezar. Programar una pantalla negra para que lance colores fosforitos aleatoriamente cada segundo. Volar estirando los brazos al ritmo de Big in Japan. Revolver tus cosas para robarte los discos de U2 y Depeche Mode. Tu guitarra rota y reparada. Unas cuerdas que vienen a mi encuentro con la melodía del Romance Anónimo. Las notas en los márgenes de los libros de Miller y Nin. Bach a todo volumen, Bach en mi conciencia, Bach en mi recuerdo. La Chacona en modo obsesivo a todas horas y en absolutamente todas sus versiones disponibles. El silencio. Callar y no hablar. Más silencio. Fumar y cocinar. Canela. Una cerveza en mi nevera siempre esperándote. Tus ojos fieles, sencillos, vivos. Siempre a mi lado, siempre ayudando. Volver. Que veinte años no son nada. Empezar a hablar. Escuchar. Empezar y no parar. Un tercero cerca de mi casa. Jugar en el jardín. Las barbacoas. Tú al fuego con las pinzas y la carne y la verdura, siempre atento a la parrilla. El teléfono. Saber que estarás cuando no esté yo. Tenerte. Agradecerte. Intentar cuidarte. Sencillamente, amarte.

bipolaridad

Ilustración de F. Babina
Fuente


jueves, 30 de marzo de 2017

Amor, neurosis y vida

“I disregard the proportions, the measures, the tempo of the ordinary world. I refuse to live in the ordinary world as ordinary women. To enter ordinary relationships. I want ecstasy. I am a neurotic — in the sense that I live in my world. I will not adjust myself to the world. I am adjusted to myself.” Anaïs Nin 


Soy de naturaleza neurótica. Me pueden definir muchos trastornos y se me pueden poner -y se me han puesto- muchas etiquetas: obesidad, ansiedad, depresión, insomnio, suicido, trastorno obsesivo compulsivo, distimia, ingesta compulsiva... podría seguir y poner unas cuantas más. En verdad creo que lo que me define mejor no es tanto lo que me han dicho que soy o lo que siento que soy como lo que son quienes me rodean. Me gusta el amor. El amor en todas sus dimensiones. Amo a las personas que por méritos propios han entrado en mi vida y se quedan, quieran o no quieran. Estas personas son las más creativas, las más pasionales, las que me llenan y vacían de energía y de vida. Amo a quienes me inyectan de locura, su locura me nutre y me hace estar más viva, a vivir de forma más intensa. Ya lo decía Bukowski: "Alguna gente no enloquece nunca. Qué vida verdaderamente horrible deben tener.". Os amo por hacer mi vida plena.

Inicio hoy un proyecto personal. Publicaré textos sobre algunas de estas personas a las que no puedo evitar amar y sobre sus locuras.

Irán apareciendo poco a poco en este blog e iré poniendo aquí los enlaces a modo de recopilatorio.

Acompaña una playlist de Spotify que crece con cada publicación: Neurosis.

Algunos de mis amados:

Ilustraciones de: Shawn Coss

martes, 21 de marzo de 2017

Rosalba Carriera

Pasado ya un tiempo prudencial desde su publicación, me atrevo a compartir con vosotros este relato que escribí inspirado en la pintora veneciana Rosalba Carriera.

SIGNORINA ROSALBA, por Pilar Escamilla Fresco

Espero que os guste. Feliz lectura.

Os pongo algunos enlaces sobre esta fascinante mujer:

Autorretrato de Rosalba

SIGNORINA ROSALBA, por Pilar Escamilla Fresco



Ahora gire la cabeza y el torso hacia el ventanal de la izquierda y luego, sin mover el cuerpo, intente mirarme. Así, muy bien. Sonría, tiene usted una sonrisa preciosa, ¿lo sabe? Quiero ver sus dientes bajo los labios. Hermosos labios, Mrs. Whitbread, si me lo permite. Tiene además una piel exquisita. Se notan los cuidados que le da. Le ruego que permanezca quieta mientras tomo notas para su nuevo retrato.

Rosalba estaba acostumbrada a este trabajo. Disfrutaba con cada nuevo encargo. Intentaba sacar lo mejor de cada uno de sus clientes. Nunca uno se marchó insatisfecho. Empezó con su tarea. Sacó un cuaderno grande de bocetos y empezó a deslizar ágilmente su mano por la hoja en blanco. Mistress Anne Whitbread estaba frente a ella. Era una mujer atractiva y dulce pero ya los años y sus cinco hijos empezaban a hacer mella en su piel y en su mirada. Rosalba podía recordarla perfectamente hace quince años. Vino con su prima Elizabeth y le encargaron sendos retratos. Sonrió con nostalgia recordando y continuó con su boceto...

miércoles, 15 de marzo de 2017

El loco cuerdo

Un loco anda cuerdo,
Y yo…le quiero,
Antonio Sánchez García

Se le va la mirada hacia las manos.
Pide prestado un beso con lengua
mientras juega con unos pechos sin sostén.
Bebe cerveza fría y sonríe al frente.
La vida, a veces, puede ser bella.
O al menos parecerlo.
Hay sábanas arrugadas al pie de la cama,
una almohada encima de otra,
dos silencios que no callan.
Un loco anda cuerdo
hablando de literatura y de vida.
Un loco señala botones
y provoca a vecinas entrometidas.
Se enciende un cigarro, 
deja caer un poco los dedos
y sopla el humo hacia un lado.
La ceniza se acumula sin caer.
Está la locura llena de farmacias 
convertidas en armarios de cocina.
Hay milagros que ninguna droga
puede siquiera entender.
El insomnio se cuela bajo sus uñas.
Gritas sin saber cómo detenerlo.
Un león sueña a tu lado.
El loco se está vengando.
La noche gime entre paredes
hechas con papel de fumar.

Y tú, tú… tú sabes que el loco no es él.


sábado, 11 de marzo de 2017

Azores



Azores


Sangre nuestra que estás en la tierra
llorado sea tu nombre
venga a nosotros tu llanto…

Nueva York, 11 de septiembre de 2001
Más de 3.000 muertos

El siglo comienza y cientos de almas
vagan perdidas por los cielos de Nueva York,
asustadas por la terrible conciencia de la realidad.
El mundo mira expectante
cómo caen los cuerpos desde la nada
mientras los que los salvan
yacen sepultados por estructuras de toneladas.
En distintos puntos del país
los aviones despiertan las alarmas
y el miedo se apodera de todos los corazones.
Internet, como siempre, es el primero
en propagar las noticias nuevas,
mientras las torres de Manhattan
caen, en directo, para todo el planeta.

In God We Trust
...

Amigos nuestros que estáis en los cielos
santificados sean vuestros nombres
que vuestra gente siempre encuentre nuestro hombro,
que nunca se borrará la memoria…Azores

Sangre nuestra que estás en la tierra
llorado sea tu nombre
venga a nosotros tu llanto…

Nueva York, 11 de septiembre de 2001
Más de 3.000 muertos

El siglo comienza y cientos de almas
vagan perdidas por los cielos de Nueva York,
asustadas por la terrible conciencia de la realidad.
El mundo mira expectante
cómo caen los cuerpos desde la nada
mientras los que los salvan
yacen sepultados por estructuras de toneladas.
En distintos puntos del país
los aviones despiertan las alarmas
y el miedo se apodera de todos los corazones.
Internet, como siempre, es el primero
en propagar las noticias nuevas,
mientras las torres de Manhattan
caen, en directo, para todo el planeta.

In God We Trust
...

Amigos nuestros que estáis en los cielos
santificados sean vuestros nombres
que vuestra gente siempre encuentre nuestro hombro,
que nunca se borrará la memoria…

Madrid, 11 de marzo de 2004
192 muertos, 1.800 heridos

En las estaciones, miles de ciudadanos
intercambian miradas de cansancio
temprano, aún de madrugada.
En los vagones, la gente cierra los ojos
y sueña con continuar aún en sus camas.
Los trenes llevan todos los días
gente a sus trabajos,
estudiantes a sus clases.
Ese día, los sueños explotaron 
con las conciencias aún dormidas.

Dios, Patria y Honor
...

Sangre nuestra que estás en la tierra,
maldito sea el nombre divino
que te derrama.

Londres, 7 de julio de 2005
56 muertos, 700 heridos

Bajo el suelo de la ciudad
la vida viaja por túneles oscuros.
Trasladan vidas, sueños, deseos
que en la madrugada se alejan de su hogar.
Bajo el cielo de la ciudad,
el sol despunta en el horizonte
y aún parece demasiado temprano
para que la niebla haga acto de presencia.
En silencio, la discreción inglesa se cruza
con un mestizaje de otras culturas,
de otros colores, de otros pueblos.
Otro jueves, miles de mensajes
se perdieron en el camino.

God Save The Queen

Sangre nuestra que estás bajo tierra,
bendice nuestros pecados,
líbranos del mal,
ahuyenta nuestros miedos,
salva nuestras conciencias.

“Paren, en nombre de Dios”
y en nombre de Dios, matan.

Las Azores pasarán a la historia
como sangre nuestra que estás en la tierra...
Dios mío, ¿dónde dejaste la vergüenza?
¿dónde te olvidaste la memoria?
¿dónde estás?


Madrid, 11 de marzo de 2004
192 muertos, 1.800 heridos

En las estaciones, miles de ciudadanos
intercambian miradas de cansancio
temprano, aún de madrugada.
En los vagones, la gente cierra los ojos
y sueña con continuar aún en sus camas.
Los trenes llevan todos los días
gente a sus trabajos,
estudiantes a sus clases.
Ese día, los sueños explotaron
con las conciencias aún dormidas.

Dios, Patria y Honor
...

Sangre nuestra que estás en la tierra,
maldito sea el nombre divino
que te derrama.

Londres, 7 de julio de 2005
56 muertos, 700 heridos

Bajo el suelo de la ciudad
la vida viaja por túneles oscuros.
Trasladan vidas, sueños, deseos
que en la madrugada se alejan de su hogar.
Bajo el cielo de la ciudad,
el sol despunta en el horizonte
y aún parece demasiado temprano
para que la niebla haga acto de presencia.
En silencio, la discreción inglesa se cruza
con un mestizaje de otras culturas,
de otros colores, de otros pueblos.
Otro jueves, miles de mensajes
se perdieron en el camino.

God Save The Queen

Sangre nuestra que estás bajo tierra,
bendice nuestros pecados,
líbranos del mal,
ahuyenta nuestros miedos,
salva nuestras conciencias.

Paren, en nombre de Dios”
y en nombre de Dios, matan.

Las Azores pasarán a la historia
como sangre nuestra que estás en la tierra...
Dios mío, ¿dónde dejaste la vergüenza?
¿dónde te olvidaste la memoria?
¿dónde estás?


lunes, 6 de marzo de 2017

Segundo poema

Recupero mi afán de compartir poemas de mi pasado.

Esta entrada es del pleistoceno anterior. Está publicado en mi anterior libro Mi sombra sobre la falda de la montaña. Si tienes curiosidad por leerlo puedes comprarme un ejemplar (son sólo 10€) o te lo puedes descargar (sí, te lo doy gratis en digital) aquí: 

http://pilarfresco.blogspot.com.es/p/publicaciones.html

Feliz lectura.

Este poema tiene una dedicatoria especial: al hombre libre. Al hombre que vuela libre, que ama libre, que sueña libre, que vive libre.

Sed benévolos. Es de los años 96-97. Todos éramos otros entonces.


SEGUNDO POEMA

Te dejo con tu libertad.
Volverás a mi vida
(o quizás vuelva yo a la tuya);
volverás a desear mi calor
(y quizás te lo dé yo).
Pero hoy dejo que vueles
en pos de una vida,
de tu vida en libertad.
Te dejo con tu silencio.
Cuando nos veamos volverás
a recitarme de memoria poemas
(o quizás sean las canciones
que silba el viento tras la puerta).
Pero hoy te alejas,
mirando sin mirar.
Y te dejo ir.
Quiero creer que las caricias
húmedas que siembras
en mi espalda
volverán contigo...
Te vas. Y te dejo ir.
Una mentira piadosa,
¿lo sabemos?
Yo no quiero reconocerlo.
Te dejo con tus grandes alas.
Esas que volverán a abrazarme
cuando vuelvas y me veas
(o quizás no te atrevas,
o quizás nunca vuelvas).
Te dejo marchar y el miedo...
No sé si deseo que se vaya.
Su presencia, dulce, es como tú.
A mi lado el miedo camina
de puntillas, para no herirme.
Como tú, que te alejas rápido,
mirando sin mirar,
porque sabes y no quieres,
que nuestras miradas se crucen.
Volverás a besarme ¿verdad?
Lo haces tan bien...
Pero ahora te vas lejos
y yo... yo te dejo ir
con tu libertad,
con tu silencio,
con tus grandes alas,
con tus besos
(con tus tiernos besos).

sábado, 4 de marzo de 2017

Princesa

Vísteme con la capacidad que tienes
de verme sin mirarme
y de mirarme sin verme,
de desnudar el chocolate de mi rostro
cuando me llamas princesa,
y sentir el áspero tacto
de la madera de tu piel
en mis mejillas.
Abrázame sin pedírtelo.
Y búscame de madrugada
antes de que deje de
.                       necesitarte
.                                        yo
.                                               a
.                                                      ti.