jueves, 27 de octubre de 2005

me gusta pensarte

me gusta pensarte
recrear mis palabras en tu oído
tus palabras en mi oído
repensarte
y recrear un soplido húmedo
sobre la piel erizada de mi espalda

 


A Pablo, cómplice, siempre

Me quedaré

Me quedaré
con vosotros
en vosotros
sumergida en el recuerdo del valor humano,
del calor humano;
olvidando tratando de olvidar
el frío de la lejanía
que explota
como un globo lleno de fantasmas del pasado.

A vosotros, que durante cinco meses me habéis hecho sentir… bien

martes, 25 de octubre de 2005

Adiós memoria adiós

Adiós memoria adiós
Quise olvidarte.
Más que eso,
necesité olvidarte.
Lo intenté.
Lo conseguí.
Fue tan intenso el deseo
que me pasé.
En mi cerebro hubo una fuga de neuronas
y ahora tampoco recuerdo otras cosas.
Sólo recuerdo
lo que sufrí el día de mi Primera Comunión
con los zapatos pequeños.
Lo que sufrí,
los tres años de la guerra civil,
lo que sufrí
cuando aprendí a nadar.
Pero no recuerdo lo reciente…
¿Dónde he puesto mis gafas?
¡Qué mala cabeza tengo!
Tengo mal la cabeza,
(es preferible a tener mal el corazón).
Viviré más.
Aunque no me acuerdo para qué.


Gloria Fuertes
ES DIFÍCIL SER FELIZ UNA TARDE
ISBN: 84-7839-340-4

domingo, 16 de octubre de 2005

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Si

sí te creo sí te veo sí te sueño sí te siento
y creo que al creer en ti te hago más real de lo que eres
más sencillo de lo que quieres y más real de lo que puedes
si alargo el brazo, mis dedos alcanzan a tocar tu recuerdo y, como tal,
sí te sueño sí te creo sí te veo sí te siento
y sueño más allá de las palabras que hoy no me dejan dormir
y sueño más allá del silencio que rodea esta habitación
en la que duermes al lado de donde debiera dormir yo
y confundida trato de rozar el sueño que se te escapa tras la almohada
sí te siento sí te sueño sí te creo y sí te veo
y siento que sufro al verte alejarte y que sufro al tenerte cerca
y que no sé qué es mejor si morir aplastada por el recuerdo amargo de tu mirada
o vivir la pesadilla de tenerte y alcanzarte y no
sí te veo sí te sueño sí te siento sí te creo
y veo a través de las paredes pintadas de colores
un largo domingo en que no duermo
en que te siento acercar y te alejo de mí
en que no quiero que vengas y voy hacia ti
en que me revuelvo entre las paredes que ahogan este grito
en el que trato de decirte que por favor no vengas a mí,
que te alejes y que dejes que el sueño brote en mis horas
y me permita recuperar el tiempo perdido (o ganado)
pensando y despensando en ti

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / La

Lanzas flechas envenenadas a mi piel
y en vez de heridas me causan hondas penas gruesas lágrimas.
Logras así colarte en mis venas y recorrerme entera
cada vez que inspiro expiro
y la sangre circula de arriba abajo por ellas.
Llego a creer que considerar el pasado y el presente
es el único futuro plausible que puedo esconder de ti.
Cualquier cosa que hago parece ir hacia ti, y a la vez,
huye de ti todo mi ser cuando te siento cerca
porque misteriosamente no tengo más dueño que el fuego de tus pestañas
y cuando me miran parecen esconder y mostrar todas mis miserias más íntimas.
Lavas mi deseo y lo blanqueas con química amarga.
Si no pienso en nada, si no siento nada,
si no veo o no huelo nada, floto en el océano de las palabras ausentes.
Vuelves sin yo llamarte, y así como vuelves ruego que te marches
que dejes de ser silencio,
que dejes de ser palabra callada y susurrada de madrugada.
Desátame esos lazos que me cubren de ti aunque me inciten a lanzarte lejos de mí.

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Sol

Sólo viniste a verme llorar,
y, si lo niegas, yo lo afirmaré
sólo viniste a verme llorar
a verme romper los vasos de cristal de bohemia que calman mi sed
a verme saciar mi apetito con culebras de metal
a ver cómo me retuerzo si te miro desde lejos.
Sólo puedes verme llorar porque en ti sólo hallo dolor placentero.

Parezco masoca si digo que te quiero ver a mi lado de nuevo
y miento si te pido que no vuelvas a pesar de que cuando vuelves
parece que sólo lo haces para verme llorar
llorar lágrimas llorar palabras llorar silencios llorar versos
y mis dedos enloquece buscando sobre el papel
la expresión exacta de mis sueños,
la imagen clara y precisa del silencio que rompes con tu sola presencia.
Porque al verte el temblor que suele acompañarme se refugia en mi sombra
para dejar hueco al llanto silencioso que me dejas.
¿Por qué? Vete, por favor, y no vuelvas nunca más.

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Fa

Falto en ti.
O tú faltas en mí.
Decide qué prefieres porque si soy yo la que debe elegir
quizás yerre.
Me ciega la locura.
La fiebre nubla mis ojos y no veo con claridad.
No puede ser, no estás y, sin embargo, aquí estás, de nuevo a mi lado.
Fallaste al quererte esconder en mis cuadernos
porque emerges así, sin yo quererlo, cada vez que deseo escribir.
Te escondes de mí.
O yo me escondo de ti.
Ven a mirarte en mi piel,
está cubierta de fuentes de sueños de silencios.
Por favor, déjame ahuyentarte.
Sal de mis sueños, deja que me abandonen las pesadillas.
Sal de mí.
Déjame volver a ser de nuevo
silencio de otoño
canción de verso
estrofa de un sueño
que se pierde en el recuerdo.
Ve y déjame en paz.

Tu marcha sólo me traerá la tan ansiada tranquilidad.
Si vuelves algún día, no puedo garantizarte
que halla dejado ninguna rendija abierta
por la que tú puedas volver a colarte.

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Mi

Mi mirada parece una obra de teatro dramático en un solo acto.
Abro los ojos,
las pestañas levantan el telón de mi vida
y emergen los fantasmas como sombras
cada vez más cercanas que no me dejan dormir.
Te miro,
y el reflejo de ti que me regalan las sombras pasivas del pasado no me basta.
Lloro.
Las lágrimas brotan gota a gota donde no debieron brotar nunca.
Cierro los ojos.
Se baja el telón.
Hoy no quiero aplausos, por favor.

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Re

Repetir, una y otra vez, el silente dominio de mis sentidos.
Repetirte que no he venido a quedarme,
que el largo letargo que me mantuvo callada y lejana no ha finalizado.
Retomar el hilo conductor de tus pestañas
y alejarlo de mis legañas tristes y claras.
Dejo mis besos en la salsera de cerámica china que reservo para las visitas
y la melodía de un canto antiguo y celta viene a mí
para apoderarse de la sombra que te dejo de recuerdo.
Repito, y no me cansaré de hacerlo, que no vine a quedarme,
que marcho tras el recuerdo de las bromas que me gastan mis sueños.

ESCALAS DEL COLOR DEL SUEÑO / Do

Domingo por la noche.
Las horas caen lejanas y el silencio aterra hasta las más pequeñas palabras.
Un murmullo de amarillo me mira desde la distancia,
y yo, a través de la ventana, le devuelvo lentamente la mirada.
El sueño delimita mi tiempo mientras yo lo tiro al vacío.
Y vienes a mí
desde las fronteras de la fantasía
dominas mis sentidos mis pensamientos mis deseos
rodeas mi ensueño morado convirtiéndolo
en negra noche oscura y silenciosa.
El silencio, de nuevo, viene a mí llorando palabras que le sobran,
que no quiere, que desprecia…
Y yo, renegando de él,
le devuelvo todo lo que recogen mis manos agujereadas
que no dejan escapar más que suspiros de color plata.
Donde no llegan mis sueños
donde no llueve nunca
donde no hay ríos ni montañas ni mares
donde la arena se cuela en tus entrañas
rugen mis legañas anhelando tu presencia aún lejana.
Si vienes, parece que te estás marchando.

sábado, 15 de octubre de 2005

Cartografía, de Aurora Luque

Cartografía, de Aurora Luque

Hay palabras tan bellas y fugaces
que no puedo negarme a regalarlas,
a fijarlas en mapas que te exploren.

Hay poemas con frutas de ultramar
que envío urgentemente
y no sé si tu noche
saborea o rechaza.

Hay regiones de vida tan amargas
que no caben en mapas
antiguos de nosotros.

Aurora Luque
En el libro: "Carpe noctem", pág. 30
(ISBN: 84-7522-314-1)

viernes, 14 de octubre de 2005

Dejar de buscar para encontrar

Mi abuela siempre tiene razón y, cuantos más años tengo, más cuenta me doy de eso. "Cuando dejes de buscar una cosa, la encontrarás", y este truco para encontrar objetos / vidas cercanas / trabajo me lleva funcionando unos cuantos años...

martes, 11 de octubre de 2005

Eugénio de Andrade

Há um lugar na mesa onde a luz
abdicou do seu ofício

(Hay un lugar en la mesa donde la luz
abdicó de su oficio)

Eugénio de Andrade

lunes, 3 de octubre de 2005

Sombras con forma de luna


La sombra espectacular de las hojas de los árboles sobre el asfalto, sobre las paredes... Cada hoja, cada rama era una luna, una pequeña y perfecta luna...

Eclipsados



Hoy hemos hecho coincidir el café con el eclipse anular. Compartimos, entre todos, un momento único y "lunar"... Momentos como este hacen inolvidables mis días en la oficina...

PD: Gracias a Asun por las gafas...