miércoles, 23 de diciembre de 2020

Las flores del tilo, de María Pérez Miñones

DATOS DEL LIBRO

Título: Las flores del tilo

Autora: María Pérez Miñones

Ilustradora: Clara Pérez Miñones

Editorial: Medulia

ISBN: 978-84-122825-2-8

***

Para un análisis mucho mejor que el mío de este libro, no olvidéis leer la reseña de mi querida Verónica: Las flores del tilo.

No sabría decir desde cuándo conozco a María o en qué encuentro de esos de los locos de Bookcrossing nos pusimos cara la una a la otra. Lo que sí recuerdo es su sonrisa y sus ojos: es luz, ella es luz.

María tiene una sensibilidad que la convierten en persona con dolor, pero también con placer. Las personas altamente sensibles tenemos eso, vivimos en montañas rusas. 

María ha sacado su primer poemario, y espero, por favor, que no sea el último. Es un poemario pequeño e intenso, muy intenso. Sus páginas están llenas de luz, a pesar de que por ellas destila el dolor, la ausencia, la pérdida... La vida no siempre es bella. Pero María sabe vestirla de belleza.

Sólo puedo darte las gracias, María, no sólo por la dedicatoria, sino por tu presencia en mi vida. A pesar de la distancia y del tiempo sin poder vernos: te quiero, te quiero muchísimo. No lo olvides. Eres esa amiga que se recorrió literalmente media península en autobús para acompañarme en la presentación de mi libro. ¿Cómo no voy a adorarte?

Y tras estas palabras, comentaros que el libro se vende en la web de la propia editorial (enlace) y que no podéis dejar de leerlo. Está bellamente ilustrado por Clara, hermana de la autora. Os comparto un poema para que veáis a qué me refiero con mis palabras, y debajo una foto de este poema y su ilustración.

Recordad, ahora y siempre: comprad poesía, leed poesía, compartid poesía. Es VIDA.

Dolor

Cómo nombrarte

cómo poner palabras a un lamento sutil

a la fragilidad de unas manos temblorosas

a esa sustancia viscosa que se extiende por mi abdomen

tupida gelatinosa.

Cómo comprenderte desde el vacío del que vienes

desde la distancia donde la profundidad es universo.

Cómo aceptarte

si me lanzas sin músculos al ring de boxeo

si me sacudes como a una alfombra

si me despeinas en las tardes sin viento.

Cómo hacerlo.

No alcanzo a acostumbrarme al llanto

al sonido de los cristales rotos después del golpe

al fuego que abrasa mi cuerpo tras escuchar el lamento del mundo.

Nada me resulta ajeno.

 María Pérez Miñones



martes, 22 de diciembre de 2020

La grieta

There is a crack, a crack in everything

That's how the light gets in.”

Leonard Cohen


La tengo a mis espaldas y no deja de mirarme. Y de crecer. Es evidente que algo se está tragando y no son sólo arañas y mosquitos. Mírala, es enorme, realmente enorme. Y cada vez más enorme.

Está en la esquina del fondo a la izquierda del salón, quieta, o parece estar quieta. Pero es evidente que, dado que no para de crecer, quieta precisamente no está. Asoma por la esquina del sofá, haciendo ángulo con otra más pequeña que apareció al lado del marco de la ventana. Ésta de la ventana me preocupa mucho menos, la verdad. Es ridículamente pequeña en comparación. Apareció al poco de que nos dieran las llaves de la casa y no se ha movido ni crecido ni un ápice desde su nacimiento. Sin embargo, la otra grieta… ésa sí es distinta. Parece tener vida propia, dentro de su aparente inercia. Cuando dejas de mirarla durante un tiempo, porque ya te has acostumbrado a ella y no le prestas atención, al poco te das cuenta de que es más grande, mucho más grande, y piensas: ¿se terminará de resquebrajar la pared, rompiéndose la esquina completa del edificio y cayendo todo a la parcela que hay debajo? Pero entonces te das cuenta de que es una idea un tanto ridícula. Y te sientes boba. Pero preocupada. Te sientes boba y preocupada.

Recuerdo que al principio, dentro de mi preocupación, consulté con un amigo arquitecto (siempre hay un tío cura - o una tía monja - y un amigo arquitecto, uno médico y uno abogado, al menos debería haberlos siempre) y me dijo que simplemente era porque la casa era nueva y se estaban asentando los cimientos. Que dejara pasar un par de años y que cuando fuera a pintar las paredes, pidiera que me la reparasen, sin darle ninguna mayor importancia. Pero es que no ha pasado tanto tiempo y es cada vez más grande, mucho más grande… y me asusta, lo reconozco.

Como buena fan de Doctor Who, no puedo evitar pensar en aquella temporada cuyo hilo argumental eran las grietas en el tiempo que, bajo la aparentemente inofensiva apariencia de una grieta ordinaria en la pared, podían abrirse en un momento temporal y llevarte a otro momento del tiempo a través de un vórtice temporal… Mi querida Amy Pond y la grieta de su pared dieron origen a una historia fascinante que duró toda la temporada y que me dejó fascinada. Venían a decir que estas fisuras temporales son consecuencia de diversas decisiones que parecen insignificantes cuando las tomamos, pero que afectan de manera asombrosa en otras personas. Podría ser como el famoso efecto mariposa. Y es entonces cuando me quedo pensando si esa grieta de mi salón no se estará alimentando de mis errores y de mis fracasos, en cuyo caso es normal que esté tan grande, ha tenido que darse buenos atracones.

Normalmente la tengo ahí, detrás de mí, mientras estoy sentada en el sofá, viendo la tele o desayunando con las noticias de fondo, y no le hago caso. Pero siempre hay algo que hace que le preste atención, es como si me llamase desde su quietud y silencio aparente. Puede ser una mosca que se cuela porque la ventana está abierta y se posa al lado de ella. Puede ser porque el cordón de la cortina de la ventana se engancha con el respaldo trasero del sofá y eso es justo al lado de ella, o porque buscamos el interruptor de la luz que mi hija decoró con un gomet cuando era pequeña. Sea como sea, parece que siempre consigue que nos fijemos en ella. Pareciera decir: “mírame, no me ignores, mira qué hermosa me estoy poniendo, cómo estoy dejando tu maravillosa pared con gotelé. Tú sigue tomando decisiones “tan buenas”, verás lo bonita que me voy a poner”.

Lo más desconcertante fue cuando el mes pasado empecé a oír ruidos detrás de ella, como al otro lado de la pared. Empecé a obsesionarme de verdad. Eran ruidos como de algo o alguien rascando la pared. Obsesionarme, preocuparme y asustarme un poco, todo hay que decirlo. Menos mal que ahí estuvo atento mi marido y supo ver que en la habitación del otro lado de la pared, en un cuadro con hilos y nudos marineros que tenemos colgado, se había despegado uno de ellos y colgaba sobre el escritorio… y claro, hilo que cuelga, gatas que juegan a cazarlo… arañando, de paso, la pared al otro lado de la grieta. Me sentí un poco ridícula, la verdad, pero aliviada.

Seguiré observándola. Aunque este próximo verano ya nos toca pintar toda la casa… No sé, tengo que decidir si arreglarla y tapar así todos mis errores, o mantenerla y tenerlos más a la vista. Difícil decisión...



jueves, 10 de diciembre de 2020

Escritores y escritoras por ciudad Juárez

Un año más, como cada 10 de diciembre, las Bibliotecas Municipales de León colaboran con la Red Internacional de Lecturas Solidarias, bajo el lema "Escritores y escritoras por Ciudad Juárez".

Este año, dadas las circunstancias, la actividad se desarrolla on line y las diferentes intervenciones se han publicado en tres videos, empezando con el primero de ellos a las 10.00 horas, el segundo a las 11:00 horas y el tercero a las 12:00 horas. 

El acto está coordinado por Mercedes G. Rojo, incansable y única. 

Podéis seguir dicha actividad a través de
Os pongo los enlaces a los tres vídeos. Yo tengo el honor de participar en el tercero, con un poema de Ángela Figuera Aymerich y uno propio. Espero que os guste.


miércoles, 21 de octubre de 2020

Regreso al hogar estival en seis sentidos y una fachada

"Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria"


Louise Elisabeth Glück (Premio Nobel de Literatura 2020)


Entramos en tu pueblo en silencio. Soy consciente de que estoy aguantando la respiración. No me has querido dar pistas de cómo es tu casa. Dices que quieres que sea una sorpresa. El asfalto gastado y agrietado, las calles estrechas, las fachadas encaladas con tejados llenos de parches, la cruz en medio donde se reúnen los vecinos y cada puerta con su banco de piedra y algún alma sentada a la fresca. Te miro intentando permanecer en silencio. Me cuesta. Sabes, sabes bien, que estos son casi los mismos rostros pero con otros nombres que habitaban la calle donde estaba la casa de mis abuelos y donde se quedaron los veranos de mi niñez. Tú también callas, pero me miras con el brillo de quien se sabe paje de los Reyes Magos o ayudante del Ratoncito Pérez. 


Tu pueblo y el mío se distancian apenas diecisiete kilómetros. Los sentidos comparten experiencias. Lo sabes. Por eso, me dices, no quieres enseñarme fotos ni contarme cómo es. Quieres que yo lo sienta. Y quieres acompañarme mientras lo siento, y darme la mano. Y es lo que trato de hacer: sentirlo.


En la escuela me enseñaron que tenemos cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto. Mi abuela decía que todos tenemos un sexto sentido, el de la intuición. Y que cada casa se diferencia de la de al lado, en los pueblos, por las fachadas. Porque en la ciudad, no hay fachadas distintas, sólo puertas repetidas con distinta numeración.


Hay hortensias cubriendo la fachada, el color del barniz marrón desconchado por el sol en los quicios de puertas y ventanas, y un tendal atravesando el porche cubierto de sábanas recién lavadas. He contado al menos cinco gatos escapando veloces de nuestro coche.


Huele a gato callejero, a jabón hecho en casa, a guiso de bacalao y a Teleno. Es un olor muy peculiar que tengo enraizado en lo más profundo de mí. Y lo he reconocido en el primer instante. Son los gatos que perseguía de niña, el jabón con el que lavaba mi abuela, el guiso que nos daba los viernes y las nieves casi perennes que nos perseguían todo el verano.


Los gatos huyendo de un coche que llega, el trino de algún pájaro al fondo, el silencio de la era sin limpiar aún y llena de maleza, y los grillos que de noche se apoderan de las estrellas. La música de los veranos de mi niñez que vuelve a mí años después.


Teresa sale a la puerta con la bata fina encima de su ropa. Igual que mi abuela, no se la quita casi nunca. Apenas para ir al médico o para jugar la partida. Su uso es más que una bata: mandil y seña de identidad con bolsillos enormes llenos de pañuelos y de caramelos. Su rostro, al besarlo, sabe a bacalao con patatas. El mismo bacalao con patatas que mi abuela nos daba.


Teresa tiene la piel de las manos fina y arrugada, como papel de fumar, llena de venas que atraviesan sus falanges de punta a muñeca. Los dedos gruesos, rugosos y con durezas, dedos que no han descansado ningún año y que gritan todo lo que su dueña quiere callar. Su abrazo recoge a la niña que llega en mí y que está aguantando la respiración emocionada.


Me has devuelto el hogar de mis veranos, el abrazo de mi abuela, los paños sobre los sofás, las muñecas con rollos de papel higiénico bajo las faldas de ganchillo, la Dama de Elche al lado de la tele y el olor de las rosquillas recién hechas. 


No querías darme apenas pistas de cómo era la casa del pueblo. No querías decirme nada para sorprenderme. Querías tener la certeza de que me gustaría. Lo que no llegaste a imaginar fue que al traerme aquí me devolverias los veranos de mi infancia y la casa de mis abuelos que perdí hace años cuando, cuando tras fallecer mi abuelo, y con la enfermedad de mi abuela, mi madre y mis tías decidieron venderla.


"Nostos" es una expresión de origen griego que se puede traducir como "regreso al hogar". Yo no paro de pronunciarla en silencio desde que me bajé del coche. Me da miedo pronunciarla en voz alta, no sea que se materialicen las diferencias que sin duda hay. Quiero esta emoción que ahora me embarga. Y no soltarla jamás.


Gracias.


Pilar Escamilla Fresco. Octubre 2020



Acuarela autoría de José Luis.



martes, 20 de octubre de 2020

Día de las Escritoras

 

Seguimos homenajeando a las escritoras. Os leo el poema "Canción de la asistenta", del libro "Baladas del abismo" de Margarita Merino. Y recordando, emocionada, a mi madrina Begoña quien me regaló este libro comprado en una librería ya inexistente de Astorga.
Y esto, respondiendo a una magnífica propuesta se Esperanza, bibliotecaria en la Biblioteca Municipal de Astorga.

martes, 29 de septiembre de 2020

Donde el corazón te lleve


Este año 2020 está siendo uno de los más raros, por no decir el más raro, que me ha tocado vivir a mis 44 años. Hemos tenido casi de todo, a nivel personal y a nivel social (pandemia mundial incluida). No obstante, no quería dejar pasar este día sin hacer mi humilde y pequeño homenaje a una de las beceras más queridas que he podido encontrarme. Marikilla nos dejó hace unos años, pero cada año, un grupo de beceros con mucho amor y muchas ganas de no olvidar, seguimos haciendo el 29 de septiembre una liberación en su homenaje. ¿Y por qué una liberación? ¿y una liberación de qué? Los que la conocimos a través de Bookcrossing sabemos que un libro en una estantería cogiendo polvo y sin ser leído nunca es un libro muerto. Por eso liberamos libros, les damos alas y lectores nuevos. Y qué mejor manera de homenajear a una becera (así nos llamamos los miembros de Bookcrossing, cuyas siglas son BC y de ahí BeCeras y BeCeros) que llenando el mundo de libros libres. 

No obstante, este año no es tan fácil dejar libros en la calle y que no acaben en la basura por miedo al dichoso bicho que nos tiene a todos un poco más asustados. Así que yo he decidido registrar libros y meterlos en bolsas de plásticos, dejarlos en cuarentena el tiempo que establece la Comunidad de Madrid para poder hacer uso seguro de los libros y luego, sin sacarlos de las bolsas, dejarlos en sitios estratégicos para que otros lectores puedan recogerlos y, si les interesan, leerlos. 

Así que, aquí os pongo algunas fotos de lo que he podido hacer para decirle a Marikilla, allá donde esté, que no la olvidamos y que la seguimos queriendo con locura. Seguro que le llegan nuestras buenas vibraciones.


#DondeElCorazónTeLleve
#marikillainmemoriam

#Bookcrossing

Nota: la imagen cabecera de este post es diseño de Melina, alma máter de Libros Viajeros (proyecto solidario que consiste en llevar lecturas al hospital del HULA de Lugo).

===================================

Aquí os pongo fotos de la liberación en honor de Marikilla. Feliz viaje, que tengáis muchos lectores y que viváis muchas aventuras.









viernes, 4 de septiembre de 2020

Margarita

Joder, si es que luego me preguntas que por qué narices no te pido que hagas las cosas. Y es que no entiendes que no se trata de que te las pida, que tienen que salir de ti, pero si por lo menos cuando te las pido las hagas como deben hacerse, que parece que saliste del huevo ayer y ya tienes casi 50 años. Manda narices, no sé ni cómo te aguanto. Una mierda de cosa que te pido que hagas y encima la dejas a medias y mal hecha. ¿Pero cómo puedes ser tan caradura? Claro, la estrategia perfecta, ahora me toca a mí rehacerlo todo y la próxima vez no te lo pediré y lo haré yo. Y ya no tendrás que ayudarme. Qué carajo, que no entiendes que no es ayudarme, que las tareas no son mías, que son de todos. Mírate, ahí estás, todo repantigado en el sofá, con la gata apoyada en tu regazo y todo satisfecho porque “me has ayudado” y has tendido la ropa. Vaya mierda, de verdad, es que eres un inútil. ¿Cuántas veces tengo que decirte que así no se tiende la ropa? Te dije que la estiraras, que no se quedaran los calcetines arrebujados y las mangas de la camisa metidas dentro de ellas. Pues nada, estirada la has dejado, una camisa de punta a punta en una sola cuerda, bien abierta, pero toda arrugada. ¿Conoces la diferencia entre planchar y no planchar? Claro que no, tú nunca planchas. Vaya jaleo que me has dejado con la ropa, y claro, vas y me dices que no te cabe. Pero ¿cómo te va a caber, alma de cántaro, si pones una sola camisa en cada cuerda? Yo ya no sé si te haces el tonto o lo eres. Y no quiero echarle la culpa a tu madre, pero vamos, que te lo hace todo. Sólo falta que te acompañe a mear y te sujete la pilila, porque es que te ha hecho un inútil. Corrígete, Marga, no es culpa de la madre. Ella es de una generación concreta, pero es que este Manolo es más dejado que echo de encargo, una cosa es que su madre sea así y otra que yo con mi edad tenga que explicarle cómo coño se tiende una puta lavadora. Porque vamos, es que no da ni una. Ni con la lavadora, ni con el lavavajillas, ni nada. Le digo que recoja la mesa y deja los cacharros en la encimera. ¿Para qué recogerlos, aclararlos y meterlos en el lavavajillas? Le digo que limpie la mesa y coge una servilleta (¡¡una servilleta!!) y la desliza por la mesa echando todas las migas al suelo. Así, sin piedad. Como él no barre. Pero claro, qué va a barrer, si no sabe ni dónde se guarda la escoba. Venga, calma, respira. Tú a Manolo le quieres mucho, Marga. Tiene muchas virtudes. Respira hondo. Es cierto que ya te lo has encontrado en esta vida curtidito, los dos divorciados y con unas buenas mochilas, pero piensa en todo lo que te aporta. Es un buen hombre. Venga, ponte a hacerlo y luego le llamas y se lo explicas. Empieza por destender todo el desastre. Joder, si es que encima ha puesto hasta pinzas de madera. Con la dentera que me dan. Voy a tirarlas todas a la basura. Las más baratas, me dijo que cogió. Pero si son una mierda y encima cogen moho. Las detesto. Ya está todo en el cesto. Ahora a tender. Así, de un golpetazo, todas las mangas estiradas, los bajos estirados, las perneras estiradas, los calcetines bien estirados. Y ahora a tender, aunque sea apretadito, pero sin arrugas, que así luego no hay que planchar. Camisa verde, dos pinzas verdes, por la costura de abajo, que así no se marca, y sin doblar. Los pantalones vaqueros, azules, claro, con dos pinzas azules. Espera, ¿camisa blanca? No tengo pinzas blancas. Pues amarillas, que son las más parecidas. Espera, Marga, que has cogido dos amarillas, pero distintas. Busca dos iguales. Así, pieza a pieza. A buen ritmo. Si es que no se tarda nada, no sé cómo Manolo no es capaz de hacer algo así, ni difícil ni tiempo. Pero claro, es más cómodo acariciar a la gata. Respira Marga. Ahora que has acabado de tender, y claro que ha cabido todo, no como decía el imbécil de tu novio, llámale. Que vea lo bien que lo has hecho y cómo has dejado la ropa. Explícale cómo se ha de estirar, cómo puede caber toda la lavadora en el tendal, sin agobios, los calcetines por pares, que luego al recogerlos ya los dejamos doblados y es más sencillo. Con paciencia y una sonrisa. No dejes que te vea enfadada. Explícaselo como a un niño. No lo ha hecho a maldad, es que no sabe hacerlo mejor. Tienes que enseñarle.

(…)

¿En serio? ¿En serio no ves la diferencia? ¿En serio crees que está exactamente como lo has dejado? Si no lo veo no lo creo. Este tío es imbécil y encima se lo hace más. ¿No va el capullo y me dice que se alegra de haber acertado y haberme ayudado bien y haber tendido bien la ropa? ¿Bien? ¿En serio? ¡¡¡Pero si tenías las cuatro quintas partes de la lavadora dentro del tambor porque no cabía!!! ¿O también se te ha olvidado que hemos hablado de eso? Si al final va a ser verdad, lo hace mal adrede para que lo haga todo yo, que él no es un inútil, se lo hace, con tal de no hacer las tareas y no colaborar y ayudarme. Joder, Marga, ya estás otra vez con el “ayudarme”. Que no te tiene que ayudar en nada. Te ayudaría si fuera tu trabajo, pero esto son tareas de toda la unidad familiar. ¿Tan difícil es que al menos lo pienses bien? Para eso has ido a esas charlas en la Concejalía de la Mujer. Para eso has estado todos estos años en terapia. Que desde que lo dejaste con Luis no habías sentado cabeza. Ahora que has encontrado a Manolo, que te trata bien, que le quieres, no la cagues con tus manías. Pinzas de colores. Pero es que ni lo ha visto. No se ha dado ni cuenta de que cada prenda lleva su color (al menos el más próximo). Pero claro, así la ropa está más ordenada y si desde fuera lo ven, las vecinas dirán “qué ordenada y qué aplicada que es Marga”. ¿Pero tú te oyes? Al final la machista eres tú, Marga. ¿Estás escuchando tus palabras? De nada te sirve acudir a charlas si luego tú eres la primera en hacer las cosas de esta manera. Venga, cállate ya. Respira hondo. Y sobre todo no grites. Has practicado mucho con la psicóloga para poder tener conversaciones de adultos, racionales, donde expreses tu punto de vista sin ser agresiva, sin aplastar a quien tienes al lado… Respira. Relájate. Respira hondo…

(…)

A la mierda. De verdad, le mando a la mierda. No, Marga, no lo hagas, respira hondo. Si sólo es que no se le ha ocurrido que hay que limpiar la mesa. Sí, ha habido partido y ha comido patatas. Sí, está todo sembrado de migas, la mesa, el suelo y hasta el sofá. Ha estado con tu padre y, es que joder, hasta a tu padre le cae bien, si ahora le dejas nadie lo entenderá. Pero no le aguanto, mira, no le aguanto ni una más. De ésta no pasa. ¿Pero es que no ve que cuando me levanto temprano para ir a trabajar lo último que me apetece es encontrarme el salón lleno de restos de patatas, por todo el suelo? Marga, si es que parece que han estado lanzándolas al aire, por la mesa, por el sofá… Y ahora tú quieres desayunar y sólo puedes pensar que hay que coger la bayeta, limpiar la mesa, sacudir la funda del sofá y barrer todo porque si no lo haces no vas a desayunar ni a hacer nada ni a estar tranquila. Venga, Marga, por tu padre, que dice que es un tío cojonudo. Si es que se adoran, y eso que son de equipos contrarios. Hazlo por todo lo que representa. Y por lo mucho que le quieres, no lo olvides, por lo mucho que le quieres. Hazlo sobre todo por lo mucho que le quieres.

(…)

Ring, ring, ring. “Hola Manolo, dime. (…) Sí, claro, sin problemas. Trae a quien quieras, ya sabes que adoro a tus amigos. (…) Ok, yo me encargo de comprarlo. (…) Sí, claro, yo también te quiero. (…) Que sí, tonto. Que está todo bien. (…) ¿Enfadada yo? ¡¡Nooo!! Todo bien, de verdad. (…) Sí, cariño, nos vemos luego en casa. Te quiero. (…) Ay, qué cositas me dices. Otro beso para ti, ahí, donde tú sabes. Hasta luego.


PILAR ESCAMILLA FRESCO. 04/09/2020. Taller Clandestino de Cristina Serrano (Un cuarto propio). Ejercicio de los enegramas.

viernes, 24 de julio de 2020

Lechuga

LECHUGA


Con el comienzo del curso comencé a verte todos los días en el recibidor. Cada vez que me veías aparecer por el portal tu mano alzada empezaba a saludarme de la manera más siniestra que podía imaginarme. 


La primera vez que te vi, no recuerdo la fecha exacta, retrocedí y salí del edificio para asegurarme de que había entrado en mi portal y no en otro. No, efectivamente no me había equivocado. Volví a entrar intentando no hacer ni ruido al andar y pasé de lado esquivando tu mirada fija e intentando no acercarme mucho a la mesa donde estabas sentado. 


Después de ese primer día, tu presencia diaria en el recibidor me hacía sentir pánico. Algo había en ti que sólo sentir tu presencia, aunque no te mirase, ya me revolvía. En cambio, tú estabas siempre ahí, quieto, con esa sonrisa perenne, esos ojos asimétricos y saludando como si no percibieras mi rechazo. 


A la semana empecé a tener pesadillas. Soñaba que despertaba y estabas a mi lado, sentado en mi mesilla de noche y me mirabas fijamente, y tu brazo me saludaba. Siempre me saludaba. Y yo sentía ese saludo caer sobre mi pecho como si me golpearan con un martillo.


Tres semanas. Aguanté tres semanas. Cuando empecé a despertarme gritando y sudando decidí tomar medidas. Me puse la bata y las zapatillas. Cogí las llaves y en lo más silencioso de la noche, bajé con una bolsa de basura. Ahí estabas, saludándome y sonriéndome. Te metí en la bolsa lo más rápido que pude e intentando no tocarte. Hice un nudo fuerte y corrí a la calle. Alcancé los contenedores como si me fuera la vida en ello. Te lancé en el primero que vi, sin fijarme si era de envases, vidrios o de qué. A esas alturas me daba igual. Sólo quería una cosa: tu desaparición. A la mañana siguiente, por fin, me desperté sin recordar ningún sueño. Buena señal, me dije.


Cuando volví del trabajo, respiré profunda y tranquilamente al no ver nada en el recibidor. Pensé que debía comprar una maceta y poner alguna planta de interior. Seguro que los vecinos lo agradecerían. Y seguro que nadie te echaría de menos. Llamé al ascensor. Cuando las puertas se cerraron y fui darle al botón de mi piso, vi tu foto mirándome fijamente. Cuán equivocado estaba. Sí te habían echado de menos.


“GATO PERDIDO


El día 2 de Octubre se perdió nuestro gato persa (lo de persa es por las letras chinas del pecho, y por lo de MADE IN CHINA). Solía estar en el portal saludando a los vecinos, mensajeros y visitantes que llegaban a nuestras casas, responde al nombre de Lechuga.


Aunque su aspecto físico no es muy bueno, no se asusten, le gusta rebozarse por la hierba y le da mucha pereza limpiarse, es un gato peculiar.


Cualquier información al respecto será de agradecer.”


Pilar Escamilla Fresco

(Basado en hechos reales, con finales alternativos)




Relato creado para el Boletín número 5 de la Asociación Vecinal Placirivas.



sábado, 16 de mayo de 2020

Mi terraza no entiende de penas

Dedicado a Vedacris.
 
"Mi terraza no entiende de penas"
                               Verónica Hernández 
 
Hay una casa cerca de una isla
que tiene ganas de salir a navegar.
Hay un silencio apenas roto
por el trino de un ave.
Hay un amor que se construye
sobre cimientos firmes.
Hay un ángel que recorre el mundo
entre lecturas y amigos lejanos.
Hay otro ángel que busca en aulas
el mundo que nos espera.
Hay un héroe que se pierde en musarañas
mientras baila al ritmo de Beret.
Hay una heroína de apenas un metro
que se sueña volando sin jaulas.
Hay cuatro peces de colores
que disfrutan del silencio ausente.
Y hay una pantera que ronronea
y se deja convertir, a veces, en muñeca.

Todo esto crece en una casa
con más de cuatro paredes,
una cocina repleta de croquetas,
un horno que huele a bizcocho,
y una terraza que desafía
                        sin miedo
a quien amenaza la vida estos días.

Pilar Escamilla Fresco

Azuzenas

Fotografía: Zaphirah 

miércoles, 6 de mayo de 2020

Un rayo de luna

Esta vez vuelvo a colaborar con las Bibliotecas Públicas de León y sus lectoras y lectores más jóvenes para recitarles un poema propio de cuando yo estaba en la EGB que dediqué a dos amigas mías, gemelas, Mónica y Beatriz, que son mis mejores amigas desde que teníamos unos 4 ó 5 años. El texto no es el mejor de los que he escrito, pero le tengo muchísimo cariño. Espero que os guste.




domingo, 26 de abril de 2020

La princesa de los mil vestidos

Una vez más, las Bibliotecas Públicas de León me han pedido una pequeña colaboración para estos días de confinamiento, esta vez para los niños y las niñas que ahora están encerrados en sus casas y no pueden acudir a su biblioteca a por sus cuentos favoritos. 

Os dejo con una versión propia del cuento "La princesa vestida con una bolsa de papel" de Robert N. Munsch y Michael Martchenko. Espero que os guste.


miércoles, 18 de marzo de 2020

Presentación virtual de la Antología de La Lobera

Ángeles Fernangómez no deja de sorprenderme. Ha organizado una presentación virtual de la antología de POÉTICA EN GREDOS (Encuentros en La Lobera)

Desde luego, así este encierro se pasa mucho mejor.

El evento: https://www.facebook.com/events/662546604318285/

Y mi aportación:



#Culturaparatodos 
#QuédateEnCasa

sábado, 7 de marzo de 2020

Alondra de la laguna triste


“Para alguien que llamó
a mi puerta pidiéndome
buscara en libros antiguos
un conjuro de amor.”

Alfonsa de la Torre


Mi dulce y morena estrellera.
Tienes la mirada oscura de laguna triste.
Llamo a tu puerta pidiendo cobijo
y me recibes en la soledad de tu regazo.
Mi historia te llega en susurros de té y lumbre.
Me respondes en el mismo lenguaje de las estrellas.
Me ofreces versos de luna entre pinos.
Y yo respondo con poemas de niebla y silencios de alcoba.
Quiero que enhebres en mi cabello el aroma de tu boca.

Ya lo sé, ya lo sé. No puede ser de esta forma.

Has heredado durante siglos el lenguaje de los símbolos.
Lees más allá de mí el pantano que habita entre nosotras.
No hace falta que nombre lo que sabes:
a veces me hieren los murmullos del pueblo.
Posas tu rostro en mí,
herbera.
Y entonces sacas alguna pócima de tu cocina,
amansas mi pecho con nanas de jilgueros,
y calmas mis latidos más allá de las ventanas.
“Del silencio nace la llama viva”.

Me quedaré en tu puerta clamando un beso ausente,
porque nuestro amor no puede darse,
porque el cruce de nuestras miradas no puede verse,
porque hay celdas que no se entiende pero se sienten.

Sabes, alondra de laguna triste,
que “te regalo las estrellas de mis sueños”
y que cuando las ausencias hagan caer las tejas de esta casa
mandaré callar en complicidad a quien venga.

Pilar Escamilla Fresco

==========================================

Texto escrito para el homenaje que se ha celebrado en León a la poeta Alfonsa de la Torre e incluido en la antología: Descubriendo a Alfonsa de la Torre, entre la mística y el feminismo : homenaje escritoras leonesas 2020 

He tomado una historia que cuentan sus sobrinos, y he dado voz a Juana, la que fue su compañera durante más de 40 años.


viernes, 6 de marzo de 2020

Nueva publicación

Tuve el honor de participar en un acto-homenaje que el pasado viernes se realizó en León a la escritora de Cuéllar Alfonsa de la Torre. Con las escritoras que hemos participado en este homenaje se ha realizado una publicación muy interesante: Descubriendo a Alfonsa de la Torre, entre la mística y el feminismo : homenaje escritoras leonesas 2020.

Está coordinado por la incansable Mercedes G. Rojo, cuya labor es imprescindible y muy necesaria. En esta antología participamos escritoras vinculadas con León como Ángeles Fernángomez, Marina Díez, Nuria Viuda y la propia Mercedes G. Rojo, entre muchas más. Se ha publicado gracias al apoyo de Crisálida Ediciones.

El libro se pudo adquirir en el propio acto-homenaje que realizamos el pasado viernes 6 de marzo. Y si no pudiste venir, puedes pedirlo en la Librería Valderas, de León, o solicitándolo a la propia Mercedes G. Rojo.

Mi participación en este homenaje podéis leerlo en la propia antología y en mi blog: Alondra de la laguna triste

Un honor estar entre tanta gente tan querida y de tanta calidad. Gracias de nuevo.



miércoles, 4 de marzo de 2020

“La narrativa es descubrir, sentir, viajar. Un pasaporte vital y emocional”

He tenido el honor de que Manuel Cuenya me haya realizado un completísimo artículo (con entrevista incluída) que hoy ha salido publicado en el periódico digital iLeon.com, dentro de la sección "La fragua literaria leonesa".

Podéis leer el artículo completo pinchando en este enlace: Pilar Escamilla: “La narrativa es descubrir, sentir, viajar. Un pasaporte vital y emocional”

Nuevamente, la fotografía usada en la publicación es obra de Tammy (Tamara Martín García)

Sigo emocionada por estos reconocimientos que desde la tierra que no me vio nacer pero que quiero como propia estoy recibiendo. De nuevo, gracias, gracias, gracias de todo corazón. Es un honor estar aquí, un grandísimo honor.

Gracias a Manuel Cuenya por su cariño y su pluma, y a Tammy también por su cariño y su mirada. 

martes, 3 de marzo de 2020

Homenaje a Alfonsa de la Torre: entre la mística y el feminismo

Este viernes tengo el honor de participar en el homenaje "Descubriendo a Alfonsa de la Torre: entre la mística y el feminismo". Se celebrará en el Salón de actos municipal (C/ Alfonso V) de León. En el acto participaremos escritoras y artistas vinculas a León con textos propios y leeremos textos de Alfonsa. Lo ha organizado Mercedes G. Rojo

Además, se ha realizado una publicación con los textos de las escritoras que hemos participado en este homenaje. El libro lo podréis adquirir en el propio acto.

Nos vemos este viernes de 17 a 20 en León. No faltéis.

martes, 4 de febrero de 2020

El acento de León en la cabeza y en la escritura

La incansable y maravillosa Mercedes G. Rojo me ha hecho una entrevista que hoy ha salido publicada en La Nueva Crónica de León

Podéis leer el artículo entero pinchando en este enlace: El acento de León en la cabeza y en la escritura

La foto que hemos usado para la publicación la ha realizado Tammy (Tamara Martín García), a la que os recomiendo fervientemente que sigáis la pista. Es una fotógrafa magnífica, y una bellísima persona. 

Estoy emocionada con este reconocimiento dentro de la serie "Caminos femeninos del arte leonés". Es un honor que hayan contado conmigo. Gracias, gracias, gracias de todo corazón.