domingo, 23 de noviembre de 2008

OLGA

Estoy saliendo de ti lentamente,
pero a paso firme y decidido.
Ya no soy la doncella de catorce años
que sedujiste en una sala de baile,
ya no tengo sus mejillas rosadas
ni su boca aterciopelada.

MARGARITA

MARGARITA

No oigo más que el silencio roto
del eco que dejan tus palabras en tu ausencia.
Calaste hondo y dejas huella
más allá de donde yo quisiera.