domingo, 23 de noviembre de 2008

MARGARITA

MARGARITA

No oigo más que el silencio roto
del eco que dejan tus palabras en tu ausencia.
Calaste hondo y dejas huella
más allá de donde yo quisiera.

Respiro
y mi respiración se va pausando
conforme tu recuerdo sale de este cuarto.
Desconozco el tiempo que ha pasado
desde que te fuiste
mas parece que aún estás a mi lado.
Puedo oler tu perfume en mis manos,
y el humo de tu tabaco aún se siente en las cortinas.
Es más, siento caliente tu huella en mis mejillas.

No quiero estar aquí,
pero unas cadenas invisibles retienen mi cuerpo
marchito
en el suelo donde está tendido…
Sin fuerzas para levantarme
sin fuerzas para mover los brazos
sin fuerzas casi ni para abrir los ojos…

No sé de qué manera puedo hacerte entender
que no quiero volverte a ver
aparecer por mi puerta.
La próxima vez que vuelvas
quizás yo ya esté muerta.

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