sábado, 7 de enero de 2006

Ocho de la mañana

Al cerrar la puerta de mi casa
tras mi sombra
y con llave
trato de dejar encerrados
ahí los suspiros
los sueños
los anhelos…
Porque cuando cojo el ascensor
cada mañana
para salir a esta hora temprana a la calle
que está empezando a despertar
dejo atrás la pereza
un poco olvidada.

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