jueves, 24 de julio de 2014

Mary Wollstonecraft y su vindicación de los derechos de la mujer

Siguiendo con el Club de Lecturas Feministas de Frantic, hoy me toca hablar de una gran mujer: Mary Wollstonecraft. Muchos la conocen apenas por ser la abuela de Frankenstein (ya que hija suya fue la escritora Mary Shelley). Pero Mary Wollstonecraft tiene un hueco propio en la historia y no precisamente porque aparezca en los libros de estudio (1).

En su época, y pese a ser mujer (2), fue laureada y reconocida, escribió ensayos, novela y varios géneros más. Murió dando a luz a su hija Mary y dejó varios textos inacabados. Fue realmente una mujer brillante.

Con el tiempo, se ha posicionado como una de las más importantes feministas, pensadoras y escritoras de la época y, sí, efectivamente, no aparece en los libros de texto. ¿Por qué? Porque la historia ha sido escrita por hombres que se han ido encargando de borrar la huella que sus compañeras han ido dejando, no sea que les hagan sombra o que incluso les eclipsen.

Si quieres saber un poco más de su vida y su pensamiento hay muchos ensayos y biografías. Un breve pero acertado, según mi punto de vista, acercamiento está en el actual artículo que la Wikipedia le dedica: Mary Wollstonecraft

Para saber un poco de este libro hay que ubicarse en una época muy distinta a la nuestra: la Revolución Francesa y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, el inicio de la "democracia" como hoy la conocemos ("un hombre un voto") y la denominación de ciudadanos así como la categorización entre quiénes tienen derecho a llamarse ciudadanos y si las mujeres están o no en ese grupo. El nacimiento de una nueva clase social, la burguesía. El acceso a medios económicos y a la educación de un grupo de población que no por nacimiento sino por prosperidad económica empezó tener acceso a esos medios. Es una época con esclavos, ciudadanos de primera y de segunda categoría, y mujeres. Nos pongo aparte porque es increíble la gran cantidad de hombres "ilustres" (que nadie se ofenda por el entrecomillado) que se dedicaron horas y días y meses y años a escribir y a defender que la mujer es un ser inferior, que su cerebro no sirve como el del hombre, que son adornos, que su sensibilidad nos posiciona por debajo, que nuestra emotividad nos traiciona y nos hace seres de segunda categoría. Son estudios pseudocientíficos que analizan el tamaño y el peso de los cerebros por poner un mero ejemplo. Es una época donde había multitud de libros dedicados en exclusiva a defender lo indefendible: la superioridad del hombre sobre la mujer.

Cuando nuestra protagonista vivió, no existía el feminismo ni el movimiento feminista. De hecho, Mary en sus textos no defiende el derecho de voto de la mujer. En algunos casos llega a llamarnos casi bobas, pero, eso sí, argumentando que si una persona es educada para adornar y para ser bella, pero no inteligente, no será sino eso. Era una época en la que la mujer o era madre o era monja o era puta. Lamentablemente, casi nadie tenía acceso a la educación, a los libros y a la cultura en general. Pocas personas, digo, tenían este acceso. Y en muchos casos, la mayoría, cuando una mujer lo tenía era porque en su casa había medios, es decir, pertenecía a una clase social elevada. Normalmente los recursos de educación se dedicaban a los varones de la familia que podían viajar y acudir a la Universidad. Y sólo con los restos de esta educación, es decir, con las bibliotecas familiares y el tiempo que el dinero les ofrecía ya que no tenían que trabajar para vivir, algunas mujeres pudieron acceder a ese mundo que en principio les estaba vetado.

Como dicen por ahí, no hace falta ser gay, o negro, o judío, o palestino, o mujer para entender que todos los seres humanos somos iguales y que si todos tuviésemos las mismas oportunidades el mundo sería mucho mejor de lo que es. Mary nos enseña desde los orígenes que es impensable hablar de categorías de personas: se avanzará cuando sólo hablemos de personas y de personas libres y con las mismas oportunidades. Defiende el derecho a la igualdad de oportunidades partiendo de la educación generalizada.

Mary Wolstonecraft habla en su libro a una clase media, burguesa, con medios económicos. Habla de una enseñanza universal, de igualdad de oportunidades y analiza la situación de la sociedad en la que vive con un ojo crítico muy valioso. Eso sí, lo hace con un ojo del siglo y de la sociedad que vive y, visto por alguien del siglo XXI, podría quedarse corto y no ser lo que espera. No obstante, no me olvidaré de decir que los caminos se recorren andando, paso a paso, y que este paso de los inicios es el que nos permite estar hoy día donde estamos. Con mucho camino aún por recorrer, pero también con mucho recorrido ya hecho.

Y ya una opinión como lectora. Desde mi punto de vista, este libro es más denso que el de Virginia Woolf. Su lectura es más difícil para los que estamos desvinculados de los libros de filosofía. Merece la pena conocerlo de primera mano y leerlo aunque sea de poco a poco, pero aviso que no es una lectura rápida ni se puede uno acercar a este libro como a una novela.

Como mujer nacida en democracia, en el un mundo occidental del siglo XX, que vive y es madre en el siglo XXI, no puedo evitar dar las gracias a mujeres como Mary que dieron pasos de gigante en una sociedad en la que lo tenían todo en contra. Y reconocerles el mérito de que gracias a ellas hoy puedo opinar y defender mis ideas, estudiar y pensar. No olvidemos que no hace mucho las mujeres no podían tener cuenta en el banco, y que sólo enviudando (y en muchos casos ni con esas) podían manejar sus finanzas personales. Gracias a todas las que habéis estado ahí por mí. Espero estar yo ahí por mi hija y por las hijas de mi hija, y por las hijas de las hijas de mi hija. Y, para qué negarlo, para todos los hermanos que tengan. Porque el avance de la sociedad en la igualdad de oportunidades independientemente del sexo, la raza, la orientación sexual, el género, la ideología, etc. nos va a dar a todos y a todas la oportunidad de ser mejores y de vivir en mejores condiciones. Y no creo que esto sea utopía: espero y deseo que sea la realidad de un futuro que ojalá yo conozca algún día.

Os paso a enlazar algunos artículos que a mí me han gustado especialmente:

Mary Wollstonecraft 2004: Vindicación dos dereitos da muller. Intr. María Jesús Lorenzo Modia. Trans. and notes María Fe González Fernández. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia and Sotelo Blanco Edicións. 388 pp ==> http://www.atlantisjournal.org/Papers/27_1/151-156%20Palacios.pdf


La vindicación de los derechos de la mujer antes de Mary Wollstonecraft / María Jesús Lorenzo Modia ==> http://ebookbrowse.in/pdf/title/mary-wollstonecraft.html#

Artículo de la wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/A_Vindication_of_the_Rights_of_Woman

Texto en inglés:
http://oregonstate.edu/instruct/phl302/texts/wollstonecraft/woman-a.html
http://pinkmonkey.com/dl/library1/vindicat.pdf

(1) Es lamentable que tengamos que decir en pleno siglo XXI que una persona con la trayectoria y la trascendencia de esta mujer no aparezca en los libros de texto de historia o de filosofía. Si los estudiantes y las estudiantes de bachillerato encontraran historias tan fascinantes como la de Mary en sus estudios probablemente estarían más motivados y motivadas.

(2) Me ha costado mucho escribir ese "pese a ser mujer", pero es lamentablemente cierto ya que en una sociedad como la que vivió lo tenía todo en contra y a pesar de ello, o quizás gracias a ello, fue quien fue.

Y para acabar, la portada de mi manoseado libro:

vindicacion

2 comentarios:

  1. Marina Sanchez Lopez12/8/14 6:46 a. m.

    Es una mas de la larga lista de mujeres apartadas de la cultura por la sola razón de ser mujer. A finales del siglo XIX y parte del XX Maria Lejarraga escribia en la sombra los libros que firmaba su marido Gregorio Martinez Sierra, un hombre mediocre.

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