domingo, 18 de marzo de 2012

Mi sombra sobre la falda de la montaña

Mi sombra sobre la falda de la montaña, reflejo de mí en negro y gris,
que bajo el sol de la mañana me saluda con manos borrosas.

Salgo temprano de casa, el día me llama,
el llanto de las necesidades
que clama mi presencia cada mañana.

Alrededor, las sombras ajenas se mezclan con la mía.
Pero mi sombra, aterrorizada, tiembla y se esconde en una esquina.
Quiere soledad buscada,
quiere buscar su esencia que se borra al mezclarse con las otras.
Desaparecer.

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