sábado, 22 de marzo de 2025

Palabras

Cuando aún estaba en el instituto, en un viaje de esos eternos en coche sin aire acondicionado, con seis personas en un Renault 5, la baca llena de bicicletas y el maletero desbordado de enseres, el silencio estaba, simplemente, descartado. En uno de estos viajes, decía, escribí con lápiz porque en vertical el boli no escribe, y pegando el papel al cristal de una de las ventanillas traseras del coche, un texto a modo de cabreo. Años después, lo usé mucho en recitales y, si no recuerdo mal, no lo tengo publicado en ningún libro. Mi amiga la actriz y dramaturga Carmen G. Oveja lo ha usado en una de sus creaciones teatrales y por ella, hoy lo rescato. Recordad que lo escribí siendo aún adolescente. No seáis muy críticos. Y gracias, amiga Carmen, por darme voz en tus escenarios. Te quiero.

Palabras
¡Palabras!
En este mundo todo son
¡Palabras!
Promesas incumplidas
¡Palabras!
malsonantes e insultantes
¡Palabras!
contratos y patrañas
¡Palabras! ¡Palabras!
Verdades dolorosas
¡Palabras!
Verdades falseadas,
verdades camufladas,
¡Palabras!
Vanidades sonoras
¡Palabras!
¡Palabras! ¡Palabras!
¡Que se calle el mundo!
¡palabras!
El mundo estalla de palabras.


viernes, 15 de noviembre de 2024

VIENES A BESAR MI VIENTRE

Ayer, en un evento, la escritora Jessica León me recordó este poema, que tiene como treinta años, aproximadamente. Para ella lo pongo por este sitio, que sé que estaba completamente olvidado. Gracias por recordarme quién fui. Te deseo toda la suerte del mundo.

Perdonad la torpeza que desprenden mis palabras casi adolescentes.

martes, 20 de agosto de 2024

Publicaciones de agosto en MasticadoresFem: el teatro y mis dos actrices favoritas

Este mes de agosto pausamos las publicaciones de mis filandones violeta y a cambio he publicado dos artículos dedicados a mis dos actrices favoritas, unas profesionales como la copa de un pino, unas personas maravillosas y unas amigas muy queridas a las que quiero con locura. Os dejo el enlace a los dos artículos. Espero que os gusten.

  • ALMU GUTIÉRREZ. UNA ACTRIZ, MUCHAS MUJERES
  • CARMEN G. OVEJA, EL ALMA PURA DEL TEATRO

  • Buscadlas en los escenarios, por favor. Hacedme caso. 

    Feliz verano, lo que queda de él. 

    lunes, 29 de julio de 2024

    viernes, 14 de junio de 2024

    Videopoema: Doscientas maneras de morir

     


    Quiero compartir el poema que ha resultado ganador del segundo premio del I Certamen de Poesía Ars Magna de la Ciudad de Astorga. Está también publicado en mi web en este enlace: Doscientas maneras de morir

    Este poema es muy íntimo y personal. Una buena amiga me ha hecho un regalazo: un vídeo realizado e interpretado por ella misma, la actriz Almu Gutiérrez  @AlmuGutierrez‬ que también es la autora de la acuarela de la ballena que está en el vídeo.

    Esta acuarela decora mi cuarto, mi cuarto propio.

    Ahora, volveré a nadar entre versos y amor del bueno. 

    Gracias, Almu, por ese cariño tan sincero y tan bonito. Te quiero.

    Doscientas maneras de morir


    "I think this is sad because the whale doesn’t have any emotions,
    and doesn’t know how bad Ahab wants to kill him.
    He’s just a poor big animal."

    Samuel D. Hunter (The Whale)

    Tengo una necesidad terrible de cortar esta piel
    que en kilómetros de miedos me tapa con su velo.
    Viene a buscarme con sus lunares,
    con sus granos y estrías,
    con sus cicatrices y tatuajes.
    Esta piel que me recuerda que las ballenas sienten.

    Elegí romperme literalmente a cada paso,
    sentir mis rodillas quebrarse al levantarme.
    Elegí ahogarme tumbada mientras trataba
    de conciliar en vano un sueño que no llegaba.
    Sentir la falta de aire solo con abrir los ojos.
    Elegí la espalda doblada ante el peso,
    sin fuerzas para enderezar vértebras y nervios.
    Elegí encoger esa columna aplastada
    y menguar con cada día de no-vida.
    Supe lo que es evitar contemplarme
    frente a espejos, ventanas o cualquier reflejo.
    Sentí las miradas de pena y de asco
    de todos los que se cruzaban con mis pasos.
    Elegí no poder hablar porque los pulmones
    eran prisioneros de un cuerpo inmenso.
    Elegí más de doscientos kilos de dolor.

    La piel se revuelve en ese grito.
    Cuelga bajo mis brazos señalando ovillos.
    No sé ni cómo mirarla. Me llama. Me busca.
    Hay pellejos bajo los que se esconden
    varios miles de tinajas de manteca somnolienta.
    No soy un vientre nacarado donde reposan
    los anhelos que nunca llegaron a ningún puerto.
    Soy una inmensa montaña de gritos y hambre callada.
    Soy las pisadas que no dejan rastro sobre el barro.
    Soy esa que solo sabe nadar porque en el agua no pesa.

    Elegí más de doscientas maneras de morir.

    Pero ahora, desnuda, elijo vivir.


    Pilar Escamilla Fresco