Publicado originariamente en: Rosa Igay en el Filandón violeta. Por Pilar Escamilla Fresco
FILANDÓN VIOLETA
DECLARACIÓN DE INTENCIONES
Nos reunimos, charlamos, hilamos versos y somos libres. Somos mujeres, madres, tías, abuelas, hermanas, hijas, escritoras, amantes, trabajadoras, amas de casa, luchadoras, idealistas, soñadoras…
Nuestro hilo es la palabra, el verso nuestra arma y la lengua la artillería que usamos para defendernos.
Somos violetas. Y nos reunimos a tejer palabras con nocturnidad y alevosía. Quien nos quiera escuchar, que nos siga de cerca.
Sed bienvenidas y bienvenidos a esta nueva entrega de nuestro FILANDÓN VIOLETA.
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Hoy os traigo a una debutante en la novela con mucho recorrido previo. Rosa Igay sólo ha publicado una novela, pero lleva relacionada con el mundo de la literatura desde siempre. A pesar de que su vida profesional le llevó a otro tipo de literatura menos fabulosa pero igual de necesaria. Y es que, como ella dice, el mundo de la notaría y de la novela no están tan separados como desde fuera queremos creer. Pero, para empezar, como siempre, unos pequeños apuntes biográficos para que sepamos de quién hablamos: queridas lectoras, queridos lectores, os presento a Rosa Igay.
Rosa Igay
Rosa Igay nació en Logroño y estudió Derecho en la Universidad de Zaragoza. Tras aprobar las oposiciones de Notarías ha trabajado en tierras de Burgos, La Rioja y Cataluña. Hasta hace 3 años fue Notario de Navia y actualmente es Notario de Oviedo.
Gran lectora, principalmente de novela española contemporánea y de clásicos del siglo XIX, en especial, españoles, rusos e ingleses. Aficionada a escribir desde muy pequeña, en el Colegio Escolapias de Logroño participo y ganó algunos concursos literarios.
Ha compaginado siempre su pasión lectora y escritora con el mundo del Derecho.
"Te doy mi vida" es el resultado de su deseo de publicar desde siempre y es su primera novela.
Puedes consultar más detalles de ella en su web: Rosa Igay.
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Leer a Rosa es algo que me ha sorprendido y me ha resultado gratamente satisfactorio. Sus palabras rebosan paz, inteligencia… son las palabras de alguien con recorrido, segura de sí misma, pero a la vez humilde. Que sabe de dónde viene, dónde está y dónde quiere ir. Una mirada perspicaz a lo que le rodea y, como buena notaria, a plasmarlo por escrito. Leed la entrevista que les hago a mis invitadas y podréis sentirlo. Espero que os transmita lo mismo que a mí.
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¿Qué es para ti la literatura?
La literatura es una parte de mí, un mundo en el que me sumerjo. Y hablo tanto de leer como de escribir. Cuando tengo un libro entre las manos, su historia me absorbe, en esos instantes me siento parte de ese argumento, vivo sus experiencias y siento como los personajes que habitan en él. La literatura da sentido a lo que hago, leer es vivir y escribir es crear tu propia vida. Desde pequeña leer y escribir han sido una constante en mi vida. Mi mejor regalo es un buen libro.
En tu caso escribes novela. ¿Cómo ves el panorama actual de la novela en España? ¿Crees que se publica demasiado? ¿Cómo te sientes tratada como autora?
Es obvio que se publica muchísimo en España, tanto por autores españoles como traducciones de autores extranjeros. Escribir ahora, salvo que seas un primer espada de la novela, es intentar sacar de ti algo que llevas dentro, simplemente por el hecho de contar esa historia que tú quieres transmitir, por vocación, por deseo, sin esperar otra cosa que el reconocimiento de quien te lee. Hay tantísimos autores y títulos que tan sólo el hecho de que alguno de tus lectores te escriba y te diga que le ha encantado tu libro, te hace sentirte muy satisfecha.
Me encantaría llegar a los grandes circuitos de venta, pero sé que es muy difícil, tal vez un golpe de suerte, ¡nunca se sabe! De momento disfruto feliz lo que tengo y vivo el momento.
Por lo que sé, eres una profesional cuyo trabajo exige bastante dedicación. ¿Cómo integras la escritura en tu día a día y en tus obligaciones personales y laborales?
Yo soy profesional del derecho, soy Notario de Oviedo. Aprovecho los ratos que tengo o más bien los creo, alguna tarde libre, algún hueco los fines de semana. No es una dedicación completa, no es un medio de vida, así que disfruto los espacios que tengo, sin dejar de leer que es mi otra afición. Al final te das cuenta de que es muy difícil sacar tiempo para tantas cosas. Me lo tomo con tranquilidad y aprovecho los momentos que tengo. La inspiración además a veces llega en cualquier sitio, y es entonces cuando aprovecho para tomar notas, procuro siempre llevar mi libreta en el bolso y un bolígrafo preparado.
¿Qué le dirías a alguien que empieza ahora en el mundo de la escritura?
Que lo intente, que no le paralice la vergüenza ni el temor al rechazo. Todas las historias que se escriben son hermosas y valiosas porque brotan del alma, salen del pensamiento del autor y son creaciones que emanan de dentro. No hay que temer las críticas, ni siquiera las negativas, hay que disfrutar de hacer lo que nos gusta y sentirse orgullosos de ello.
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“Te di mi vida” es su primera novela. Pero estoy segura de que no será la última. En sus páginas se deslizan historias humanas, mujeres, ideas… pero sobre todo mucha vida. Os voy a poner un pequeño resumen para que sepáis a qué me refiero:
SINOPSIS
Adoración vive en un pequeño pueblo castellano. Su tranquila existencia se ve interrumpida con la llegada de Fernando, un hombre con éxito entre las mujeres y acostumbrado a conseguir lo que se propone.
Ana, su hermana mayor, tiene otra manera de ver las cosas. Luchará por salir de ese entorno y alcanzar las metas que se ha propuesto. Ana quiere estudiar, tener una profesión propia y no depender de nadie para conseguirlo.
Las dos hermanas van a descubrir que la vida no es fácil para una mujer en la España de los años 50. La autoridad del padre y después la del marido es lo que le espera a Adoración. Intentar ser independiente, trabajar y tener su vida también supondrá para Ana grandes sacrificios. La maternidad en solitario, la homosexualidad, la solidaridad entre mujeres son otros temas de esta historia.
Entre Castilla, Zaragoza y Barcelona, ambas protagonistas van entretejiendo sus vidas.
Grandes hombres pasarán también por sus vidas: Fernando, Pedro, Martín, el famoso modisto Diego de la Venta y sobre todo José Luis, un pianista de alma atormentada y generosa.
"Te doy mi vida" es un homenaje a las mujeres fuertes y valientes que durante muchos años vivieron sin ser vistas, pero con coraje, amor y fuerza alcanzaron lo que querían de la vida, cada una desde su manera especial de ver las cosas.
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Las protagonistas de esta novela, como dice Rosa Igay, viven una época en la que podían o conformarse o arriesgarse. Rosa prefiere las segundas. Y eso ya dice de ella qué tipo de mujer es: alguien que se arriesga, que vive, que trata de desplegar las alas y volar. Le pese a quien le pese. Rosa Igay es fiel defensora del AMOR con mayúsculas. Un amor sano, basado en el diálogo para superar los conflictos (o no, porque no todos se superan, ella misma lo reconoce), pero se ama, se ama por encima de todo. Como sus protagonistas Fernando y Adoración.
Parece que el hecho de que Rosa se dedique al Derecho le obliga a justificar que son ramas unidas. Ella dice, y es cierto, que los notarios son escribanos, que su vida es la escritura y que dejan constancia escrita de todo lo que es necesario hacer constar. Pero esto no sería necesario. La literatura se ama. Y si se ama da igual a qué te dediques. Ella sola, la literatura, se apoderará de tus días. Para Rosa Igay el mejor regalo que le pueden hacer es un libro. ¿No dice esto todo lo que puede decirse de alguien? La pasión por la palabra escrita queda fuera de toda duda. Y eso se transmite en su trabajo y en su pasión: la escritura.
Os ha seleccionado un par de muestras de su novela con la idea de tratar de que os quedéis con ganas y vayáis a buscarla. La pidáis en vuestras librerías o pidáis a vuestras bibliotecas que la compren. Porque es un libro que hay que leer. El libro se puede adquirir en grandes plataformas como Amazon en formato ebook o bien, en papel, a ella misma en su propia web.
MUESTRA DE SU OBRA
“Ana colgó el teléfono y no pudo evitar dos lágrimas por sus mejillas: la pequeña Dolores ya había nacido. Todo había salido bien y eso la hacía muy feliz porque ella quería a Adoración sobre todas las cosas, pero no podía evitar pensar en lo injusta que era la vida: ella apartada de su niña Pilar, sin casi verla, sin criarla, ignorantes sus padres de que tenían otra nieta, condenada a llevar los apellidos de soltera de su madre y sin que nunca pudiera abrazar con sus pequeñas manitas a su padre. Ella, que había dado a luz en casa de sus tíos, sin los mimos y cuidados de sus padres, y su niña sin los cientos de regalos que imaginaba que la pequeña Dolores tendría. Ella, sin el calor y el amor del hombre del que se había enamorado, pero que la había abandonado y defraudado.
Así era la vida y sabía que para ella y para su hija nunca sería fácil.”
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“Estaba medio dormida cuando el chófer le indicó:
— Señora, sólo quedan cinco kilómetros.
Ana se irguió en el asiento y se estiró la falda. Sacó un pequeño espejo del bolso y se retocó el lápiz labial, la sombra de ojos estaba perfecta. Contempló con pena las arruguitas que rodeaban su mirada: la edad ya no perdonaba.
Aunque el asfalto era distinto, el paisaje era el mismo, poco había cambiado. Sí es cierto que vio nuevas construcciones, casas individuales que parecían no estar habitadas, probablemente de antiguos hijos del pueblo que las tenían para el verano y mantenían cerradas el resto del año.
Ya veía a lo lejos la torre de la iglesia. Pasó al lado del cementerio y no pudo evitar pensar en Julia: si ahora viviera tendría treinta y seis años...
—Julia —dijo en voz alta, y enmudeció recordando a su hermano. “
***
Y hasta aquí el Filandón Violeta de hoy. Espero haberos despertado la curiosidad y las ganas de conocer a esta escritora. Y recordad, buscadla. Buscad los libros, leed todo lo que podáis. Porque un día sin leer es un día tirado a la basura. Sed felices.
TEJIENDO EN LA SOMBRA
Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida.
Y si tienes hijos, léeles poesías.
Sin poesía, no hay vida.
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